La violencia cobra la vida de tres atletas de élite en Kenia en los últimos cuatro años.
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El asesinato más reciente fue el de Rebecca Cheptegei, una maratonista ugandesa que falleció el pasado miércoles tras ser quemada viva por su pareja en su hogar, en el condado de Trans-Nzoia, Kenia.
Cheptegei, de 33 años, había representado a Uganda en los Juegos Olímpicos de París 2024 y fue hospitalizada con quemaduras en el 80% de su cuerpo, sin lograr recuperarse de sus heridas.
Antes de Cheptegei, otras dos atletas también fueron víctimas de feminicidio.
Agnes Tirop, apuñalada por su esposo en 2021, y Damaris Mutua, estrangulada en 2022, fueron corredoras destacadas que perdieron la vida en circunstancias similares.
Estos casos evidencian el grave problema de violencia de género en Kenia, donde las atletas deben enfrentar no solo la presión de su carrera deportiva, sino también el peligro de la violencia doméstica.
La Coalición sobre Violencia contra las Mujeres (COVAW) ha reportado que, en Kenia, una mujer muere a manos de su pareja o un familiar cercano cada dos días.
El problema de violencia de género en el país afecta a un 28% de las mujeres entre 15 y 49 años, muchas de ellas víctimas de agresiones físicas, emocionales o sexuales.
El ministro de Deportes de Kenia, Kipchumba Murkomen, prometió justicia para Cheptegei y las demás víctimas de esta ola de violencia.
Mientras tanto, la comunidad internacional sigue alerta ante la vulnerabilidad de las atletas en Kenia y la urgente necesidad de medidas de protección más efectivas.