Luego que Kari Alitalo estudiara los vasos linfáticos por más de 20 años, hizo descubrimientos muy interesates que aportan mucho a nuestra salud mental.
Esta red es la encargada de transportar las células inmunológicas por el cuerpo, eliminando desechos y toxinas para que no se extiendan al cerebro.
Basado en esto, Kari desarrolló un mapa preciso del sistema linfático con la ayuda de ratones genéticamente modificados para que el sistema brillara al ser iluminado por una onda de luz.
Aleksanteri Aspelund, uno de los alumnos de Alitalo notó que a los ratones también se les iluminaba la cabeza, al inicio se creía que era un error, pero cuando repitieron el experimento notaron que los vasos linfáticos llegaban al cerebro.
Esto es un hallazgo muy significativo para la ciencia en pleno siglo XXI.
Otros investigadores, entre los que destaca Miaken Nedergaard de la Universidad de Rochester y Jonathan Kipnis, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Virginia, también comprobaron que esta actividad se conecta.
Según el estudio hay dos redes: la red de vasos que conducen al cerebro y el sistema "glinfático" con la "g" añadida a linfático, ya que se refiere a la glía, neurona que conforman los vasos linfáticos en el cerebro.
La travesía ocurre cuando los vasos glinfáticos llevan al cerebro líquido cefalorraquídeo y células inmunitarias encargadas de eliminar la basura celular.
Si el sistema funciona mal el cerebro se llena de toxinas, cubriéndose de células inmunes inflamatorias. Este proceso es clave en el mal de Alzheimer, el mal de Parkinson y la enfermedad de Huntington, esclerosis múltiple y otras enfermedades neurodegenerativas, incluyendo la migraña.
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Los expertos afirman que este órgano produce una cantidad de basura que necesita ser eliminada.
Luego de examinar 79 cerebros humanos, notaron que la proteína de los vasos linfáticos llamada aquaporin 4 estaba envenenada en los que padecían Alzheimer a diferencia de los que no padecían el mal.
Este sistema linfático también incluye el ojo, notando que durante décadas las personas con Alzheimer padecen glaucoma, un daño en el nervio óptico, causante de pérdida de la visión.
Hay una nutrida red de vasos glinfáticos dentro del nervio óptico que si funcionan mal dejan depósitos de beta amiloide y otras toxinas.
Una de las claves determinantes para el comportamiento del sistema linfático es el sueño; el sistema elimina el beta almilode cuando dormimos, determinando que son las perturbaciones del sueño las que contribuyen al Alzheimer.
La conclusión es que tu cerebro se limpia únicamente cuando estás durmiendo, esta es una importante razón por la que necesitamos descansar, para dar tiempo libre a la conciencia.
* Con información de Infobae