Los perros pueden reconocer cuando una persona es competente.
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Un estudio realizado por la Universidad de Kyoto reveló que las hembras pueden evaluar si una persona es habilidosa o torpe y en estudios previos demostraron reconocer a personas generosas y a personas egoístas.
Hábil o torpe
Durante un experimento, dos personas intentaban abrir delante de 30 perros un recipiente transparente que contenía comida de perro.
Una de las personas abría el recipiente sin problemas y la otra fingía tener dificultades para abrirlo. Este proceso se repetía varias veces, dejándole claro a los perros que no era culpa del recipiente.
Para la tercera vez que se realizaba el experimento, los perros miraban fijamente a la persona hábil, pues sabían que abrirían el recipiente más rápido.
En cambio no le prestaban atención a la persona "torpe". Sin embargo, los machos parecían tenerle más confianza a la persona torpe.
Egoísta o generoso
En otro estudio publicado en PLOS ONE, se comparó el comportamiento de tres grupos de caninos, cachorros, perros adultos con familia y perros adultos de refugio, y se les presentaba a dos personas que les ofrecían comida.
La persona generosa les mostraba la comida y los dejaba comer, mientras que la persona egoísta le daba un bocado a su comida antes de darle el resto a los animales.
Una vez instaurada esta primera experiencia, se realizaba una segunda prueba en que los perros preferían ir hacia la persona generosa.
Cuando la persona egoísta los llamaba, los animales de refugio tardaban dos segundos más que con la persona generosa, y en el caso de los animales con familia el tiempo de respuesta cambiaba un segundo.
En cambio, en el caso de los cachorros casi no hay diferencia, lo que se puede explicar que es un comportamiento que se puede atribuir a la mayor experiencia de los perros adultos.
Una buena o mala persona
Los niños pequeños han demostrado que tienen reacciones negativas con las personas que no ayudan a otros.
En otro estudio se experimentó con monos y con perros. En este se determinó que estos animales hacen de observadores pasivos.
En el estudio, a los dueños de los perros se les daba un contenedor que no podían abrir, al pedir ayuda a uno de los investigadores este podía responder de tres formas: ayudando al dueño, quedarse quieto o no prestar ayuda, mientras el perro veía todo.
Luego, a los investigadores se les pidió interactuar con las mascotas, quienes se mostraron más receptivos con las personas que habían ayudado a los dueños.
