Su sonrisa está apagada. En sus ojos se evidencia el dolor y la tristeza. Eufemia García, una sobreviviente de la erupción del Volcán de Fuego, regresó a vivir al techo de lo que fue su hogar.
El lugar parece un pueblo fantasma. La evidencia de la erupción y de la búsqueda de los restos humanos está a la vista. El lugar está desolado, solo se observa a uno que otro curioso asomarse a ver.
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El calor es insoportable, pues el área boscosa quedó devastaba. No hay ningún lugar que provea sombra, si no es por las casas destrozadas. De pronto y sin imaginárselo, una casa fabricada con láminas aparece a la vista.
En el lugar viven solo tres personas. Doña Eufemia García, a quien la acompañan su pareja sentimental, Fito Flores, y uno de los dos hijos que aún le sobreviven: Jaime Wilfredo Barillas.
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A pesar del ambiente, los tres no encontraron otra solución, más que regresar a San Miguel Los Lotes (conocido como Zona Cero, después de la tragedia), el área que fue más afectada por la erupción del volcán de Fuego y que fue su hogar por más de 10 años.
Sobrevivientes
Doña Eufemia junto a su pareja e hijo son unos de los sobrevivientes de la tragedia ocurrida el pasado 3 de junio. Desde ese día, su dolor ha sido grande. Perdieron su casa, sus cosas, su vida..., todo por lo que habían luchado.
Con lágrimas en los ojos, doña Eufemia aseguró que 50 de sus familiares fallecieron. “Perdí a mi mamá, a mis hijos, nietos, sobrinos... todos”, lamentó.
Fue por ello que desde el día de la tragedia, inició una búsqueda incansable de sus cuerpos. “Logramos rescatar a 38. Sus cuerpos todavía estaban enteros. Nadie del Gobierno nos ayudó. Yo con mis propias manos y con el apoyo de algunas almas caritativas de otros países, se logró el rescate de los restos”, manifestó.
Según doña Eufemia, al principio acudió a un albergue, pero los echaron del lugar, por lo que debieron ir a dormir a una bancas del parque o donde les agarrara la noche.
“Fue muy triste. Habíamos perdido todo y todavía nos echaron del albergue. Decidimos en ese momento dejarlo todo y concentrarnos en rescatar a nuestra familia”, indicó.
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La mujer trascendió a nivel nacional e internacional, pues se dio a conocer al trabajar día y noche junto a los rescatistas, intentando rescatar los cuerpos de sus familiares.
“No sabíamos nada de rescate, pero estábamos allí”, detalló, mientras comentaba que luego de los primeros diez días después de la tragedia, ya no contaron con apoyo de maquinaria gratuita, por lo que debieron contratar privadas.
Algunos contaban con apoyo de organizaciones, pero ellos también cobraban. Fue así como comenzó a recibir apoyo económico de personas a nivel internacional que se enteraron de su historia.
“Pagábamos 1,250 quetzales por día a las máquinas, encontráramos o no restos de nuestra familia. Yo iba juntando todo lo que recibía y cuando tenía lo suficiente, contrataba a la máquina”, detalló.
Sin embargo, ello le sirvió para hacerse de enemigos, no solo con los sobrevivientes, sino que también con autoridades locales. Pues, según cuenta, muchas veces los enfrentó para que les permitieran continuar la búsqueda de cuerpos.
“Me trataban de loca porque yo les decía que me dejaran seguir buscando. El gobernador de Escuintla (Guillermo Domínguez) me dijo que me fuera, porque ya mis familiares eran huesitos, que no iba a encontrar nada. Yo lo maltraté… ¡¿Cómo me dice eso?!”, dijo.
Doña Eufemia también tuvo el coraje de enfrentar al presidente Jimmy Morales. En su momento el mandatario le prometió ayudarlos hasta que encontrasen el último cuerpo. “Yo ahora sé que solo me mintió”, dijo.
En medio de coyotes
No bastó perder a 50 familiares y ver su casa en ruinas. Doña Eufemia decidió regresar a vivir al techo de su hogar, porque, según explicó, no fue incluida en la lista de beneficiarios.
“Me sacaron del albergue y allí fue donde censaron. Y como maltraté al gobernador y al alcalde (de Escuintla, Abraham Rivera Estévez), entonces ya no me dieron nada. ¿Qué me quedaba? Yo perdí todo, lo único que tenía era este terrenito que compré de años de trabajar como comerciante”, detalló.
Según la valiente mujer no tiene miedo de vivir en el lugar. “Solo los coyotes vienen a molestar a veces”, dijo. Aunque enfrentan un grave problema porque no tienen agua ni luz, y las moscas son incontrolables.
“Aquí hemos vivido. Nos toca comprar el agua y nos regalaron un panel solar que nos permite ver en la noche y cargar nuestros celulares”, contó.
Para obtener recursos económicos, doña Eufemia se dedicó a vender comida a los empleados del Gobierno que aún realizan trabajos en el lugar para reparar la carretera, pero teme lo que sucederá cuando ellos se vayan.
Rechazada
David de León, vocero de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), reconoció que doña Eufemia acudió a uno de los albergues colectivos, pero una de sus familiares tenía problemas con su esposo, quien llegaba bajo efectos de alcohol y le intentó pegar en varias oportunidades.
“La administración decidió pedirle que se saliera y doña Eufemia optó por irse con ella y regresar a San Miguel Los Lotes”, detalló.
Además, indicó que se le iba a entregar un espacio en los Albergues de Transición Unifamiliares de la Finca La Industria, pero “los mismos vecinos de Los Lotes no quisieron que se hiciera el procedimiento, porque comentaron que tienen problemas con ella”.
A pesar de todo, según De León, doña Eufemia sí se encuentra en la lista de beneficiarios de viviendas, hecho que es negado por la mujer, quien indicó que ya preguntó en varias oportunidades y le dijeron que no aparece en ningún lugar. "Yo al menos quiero que me den un mi terrenito", dijo.
Soy502 trató de comunicarse con el gobernador, Juan Domínguez, y con el alcalde de Escuintla, Abraham Rivera Estévez, pero sus asistentes dijeron que devolverían las llamadas, hecho que nunca ocurrió. Mientras que el secretario de Comunicación de Presidencia, Alfredo Brito, indicó que verificaría antes de dar una posición y hasta el momento se espera la respuesta.
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