Guatemala es reconocido por lograr ponerle cara a una de las personas más buscadas en México, Joaquín Guzmán Loera, más conocido como el Chapo Guzmán. En junio de 1993, la imagen de un Chapo, que decía ser agricultor y no dedicarse al narcotráfico, ataviado con una gorra y un abrigo marrón sustituyó a la caricatura y retrato robot elaborado y difundido por las fuerzas mexicanas.
Este hecho es el que ha querido destacar la periodista guatemalteca Julie López en su obra "El Chapo: La escala en Guatemala".
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"Lo relevante de la captura fue que se pudo atar una cara al nombre", enfatizó la periodista en una entrevista a la agencia Efe.
Uno de los actores clave de la captura del narcotraficante fue Otto Pérez Molina, director de la inteligencia militar en aquel entonces. En una entrevista al canal Univisión, Pérez Molina reconoció que El Chapo ofreció al menos 1 millón de dólares por su libertad y que fue capturado cuando iba camino a El Salvador después de haber pernoctado en la capital.
Pero esa es solo una de las diversas versiones que cuentan cómo fue capturado el narcotraficante y que López reconstruye en su obra. En una entrevista para la periodista de CNN, Carmen Aristegui, López señaló que de las contradicciones en las versiones hay dos cosas claras: "que El Chapo fue capturado en los 90 y que alguien miente sobre cómo ocurrió".
Además de su captura, López plasma en su libro los años que pasó en prisión y sus alianzas con las que consiguió crear un imperio y convertirse en la cabeza visible del Cartel de Sinaloa.
“El Chapo no habría llegado a ser lo que fue si no hubiera tenido la complicidad importante de estructuras de corrupción en el gobierno mexicano y en otros de la región, incluido el guatemalteco”, declaró López.
A continuación les dejamos un fragmento de la obra compartido por la periodista mexicana Carmen Aristegui.
*Con información de AristeguiNoticias y EFE