La adolescente de 17 años se fue nadar sin imaginar la tragedia que vendría.
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Megan Ebenroth falleció a los 17 años luego de contraer una ameba Naegleria fowleri, conocida como la ameba "comeceberos", los médicos creen que la contrajo al nadar en aguas dulces.
La adolescente de 17 años sufrió una grave infección cerebral y falleció. La madre de la joven confirmó la noticia al local WRDW-TV luego de que el Departamento de Salud del Estado de Georgia emitiera una alerta, informa People en Español.
La joven habría pasado unos días en el hospital tras el incidente, donde se esforzaron de forma dramática para poder salvarle la vida. La infección es rara pero casi siempre fatal. En el estado de Georgia, donde ocurrió el caso, se han reportado cinco fallecimientos así desde 1962.
Cuentan que la joven era descrita por sus seres queridos como aventurera y una estudiante ejemplar, se encontraba en su último año de escuela, planeaba entrar a la Universidad de Georgia.
¿Cuáles son los síntomas?
La persona que contrae esta infección tiene un dolor de cabeza intenso, fiebre, náuseas y vómitos, eventualmente llega la rigidez del cuello, convulsiones y coma que puede desencadenar en la muerte.
Los padres de Megan indicaron que su hija fue a nadar en un lago cercano a su casa el 11 de julio, cuatro días después se despertó con un fuerte dolor de cabeza que fue tratado en emergencias como migraña.
Luego de varios estudios que no arrojaron resultados contundentes, se despertó la posibilidad de que la joven hubiese contraído la ameba devoradora de cerebros.
¿Cómo se da el contagio?
Esta ameba solo se encuentra en agua dulce y cálida. Univisión reporta que no se puede infectar si se ingiere y no se transmite de persona a persona.
El riesgo de infección es bajo, pero se debe asumir que siempre hay un riesgo si se entra en un cuerpo de agua dulce tibia.
El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades recomienda que es mejor evitar saltar o zambullirse en cuerpo de agua dulce tibia, mantener la nariz tapada utilizando pinzas nasales o con la cabeza fuera del agua. También evitar sumergir la cabeza en aguas termales y otras aguas geotérmicas no tratadas y evitar excavar o revolver el sedimento en agua dulce tibia y poco profunda.
