Cada vez es más frecuente conocer personas que tratan a sus perros como niños, pues llegan a ser tan consentidas que se terminan humanizando.
Este fenómeno es muy común entre jóvenes y parejas que no desean tener hijos.
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La humanización de los perros ha inspirado muchos cuestionamientos, entre ellos que tratarlos así podría ser consecuencia de un trastorno mental.
El Universal entrevistó al psicólogo Miguel Alcántar Hernández, egresado de la Universidad Nacional Autóctona de México. El experto menciona que en la mayoría de los casos, estas relacione surgen cuando la mascota es considerada parte de la familia, por ello este afecto es normal.
Cuando la relación que se tiene con el animal afecta la calidad de vida de las personas a nivel social, laboral o familiar, entonces sí es una señal de alerta en la que tener un "perrhijo" es síntoma de una patología.
Alcántara afirmó en la entrevista que los perros pueden llenar el espacio de soledad de un individuo y cumplir con la necesidad de afecto, es una relación recíproca entre humano y mascota.
El afecto excesivo al perro podría ser otra señal de que algo no anda bien. Para detectar algo fuera de lo normal, es importante evaluar la calidad de vida del individuo.
Señales de alerta:
1. Deterioro en las relaciones laborales, académicas, sociales o familiares, a consecuencia del trato o sobreprotección al perro.
2. Rompimiento de convenciones sociales.
3. Aislamiento del entorno.
El psicólogo asegura que es recomendable acercarse al individuo para tratar de socializar con él, sensibilizarlo y hacerle notar la situación en la que se encuentra.
Lo más importante es acudir a un especialista, quien hará un análisis para determinar si es más serio que un gran cariño por la mascota.
Si la relación de la persona con su "perrhijo" es resultado de una enfermedad, separarse de él puede generar una conducta esquizoide, la disminución de su calidad de vida, incluso si rompimiento con la realidad.
Con información de El Universal.