La marcación de un polémico penal, apenas en el primer minuto de juego, le ha dado la oportunidad al Liverpool de ponerse en ventaja ante el Tottenham, en la gran final de la UEFA Champions League.
Apenas pasaban segundos desde el pitazo inicial cuando Mané estrelló el balón en la mano de Sissoko dentro del área, después de un trazo largo.
El árbitro Damir Skomina, que estaba cerca de la acción, no dudó y señaló el punto penal. No fue al VAR.
Al cobró llegó Mohamed Salah, quien venció al portero francés, Hugo Lloris, con un zurdazo.
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