Óscar es un niño vendedor ambulante de dulces, quien se convirtió en el ícono de la solidaridad y la bondad en el momento difícil que vive Honduras, tras el paso de la depresión tropical Eta, que también en ese país dejó muerte, destrucción y miles de damnificados.
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Luego de los estragos causados por el fenómeno tropical, los hondureños se han unido en una jornada de solidaridad a favor de quienes lo perdieron todo en diferentes comunidades.
Una de esas personas que no dudaron en ayudar fue, precisamente, el pequeño Óscar, quien compartió lo poco que tenía y llevó al centro de acopio el dinero de sus ventas, una libra de harina de maíz y unas "tustacas" (pan tostado), para ser enviadas a los afectados.
Una imagen con la historia de Óscar se viraliza en redes sociales porque genera ternura y hace reflexionar acerca de la solidaridad.
En Honduras, más de 20 personas murieron, además se registraron pérdidas en cultivos y daños en la infraestructura.
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