La desesperación por pagar la luz de su casa llevó a un hombre a vender, en un metro de España, varios libros y entre ellos se encontraba el favorito de su hija de siete años. Eso fue lo que conmovió a Paloma, una joven estudiante que ha conquistado a Twitter con su historia.
La usuaria hizo una narración en un "hilo" en la red social, que en poco tiempo sumó miles de "Me Gusta". En este espacio contó lo que le ocurrió el fin de semana en la Línea 10 del Metro de Madrid.
Hoy en la línea 10 de metro me ha pasado lo más bonito que te puede pasar.
Voy a abrir hilo porque sigo emocionada:
Ha entrado un señor pidiendo dinero para poder pagar la luz de su casa. Casi nadie en el vagón estaba prestandole atención, como suele ser habitual. Yo al principio iba con los cascos y tampoco le estaba escuchando.
Me he dado cuenta de que estaba dando libros de su casa a cambio de dinero. Me he quitado los cascos para escuchar lo que decía. Si no tenías dinero pero querías un libro porque te llamaba la atención, él te lo daba sin pedir nada a cambio
- MIRA:
"Mientras viajaba entró un hombre pidiendo dinero a cambio de una serie de libros", expresa Paloma. Cuando la joven se dio cuenta que uno de los que componían el catálogo era uno de sus favoritos en la infancia, eso le partió el corazón. De inmediato le preguntó si le leía el libro a su hija. Él le respondió que era su favorito.
Me ha parecido tan bonito que le he dado un euro que tenía en la cartera. Cuando se ha girado para darme las gracias he visto un libro que tenía igual cuando era pequeña y me ha traído un montón de recuerdos.
Cuando me ha visto el señor me dice, ¿te gusta este? toma, para tí. Y le he preguntado cuantos años tenía su hija. Me ha respondido que 7. Y le he preguntado si no se lo había leído alguna vez.
Me contesta que sí, que es su libro favorito. Al oír eso se me ha removido algo por dentro. Le he preguntado que cuanto costaba. Me dice que 5 euros. He sacado la cartera y se lo he dado.
La historia también dejó huella en algunos de los pasajeros del tren quienes le comentaron a Paloma que "los adultos nos equivocamos todos los días".
Me da el libro y le digo. "Toma, es para tí, pero leeselo a tu hija esta noche y prometeme que lo vas a dar por vendido y no se lo darás a nadie".
El señor se ha puesto a llorar, me da un abrazo y me da las gracias. Obviamente yo también llorando y medio vagón mirando.
Se ha ido llorando y desde el andén me mira y me dice: "Que Dios te bendiga siempre".
Al salir, una señora mayor me toca en la espalda. Me giro con los ojos todavía llorosos y me dice: "Los jóvenes demostrais a los adultos que se equivocan todos los días".
Y hasta aquí mi historia. Sigo emocionada y todo.
La historia ha roto las fronteras ya que ha sido compartida en varios países para que miles reciban una valiosa lección. Al final, los pasajeros ayudaron al hombre a pagar el recibo de la luz, pero no por los libros que llevaba, sino porque la joven se dio cuenta de que el hombre podría haber sido su padre, haciendo un último sacrificio para no defraudarle.