Salieron a la intemperie. Durante un par de años jugaron al escondite pero sintiéndose arropados por el movimiento presidencial del 27 de agosto hicieron dos cosas.
Por un lado engavetar el antejuicio contra el Presidente con una solidísima coalición de 104 votos y por otro aprobar cambios que salvaban a FCN, UNE y LIDER y permitían salida legal a los pecados de los políticos. Una bula que sin ser papal redimía a los peores entre nosotros.
Todo ello con premeditación y alevosía, de urgencia nacional y a la hora de los partidos de Champions. Viejas técnicas de distracción que valen poco en el mundo de las redes sociales.
Esté a favor o en contra de lo que ha hecho CICIG desde 2015 una cosa era clara y objetiva: el compromiso venía con un costo. No tuvimos que esperar mucho para saber con qué moneda se pagaba y a qué precio.
La UNE, gran coco de los que han desarrollado el discurso de “es ideológico” se abrazó claramente el lunes al pacto de corruptos y descaradamente el miércoles.
Las dudas que algunos nunca tuvimos se disiparon. Sandra no solo no estaba con CICIG sino que viéndolas venir se abrazó de Jimmy Morales o más bien, dejó que Jimmy Morales se abrazara de ella.
No se equivoquen, el Presidente no tiene la capacidad de articular algo como esto. La verdadera líder del gran acuerdo de impunidad es Torres. Su pose de estar a favor de la lucha contra la corrupción se hizo insostenible cuando como en el poema se dio cuenta de que ahora “vienen por mí” (o su partido que es lo mismo).
Carita se dieron Orlando Blanco, Carlos Barreda y Taracena. Carita Javier Hernández y Patricia Sandoval (haciendo puntos para ser una versión 2.0 de Baldetti). Y tantos otros.
La noticia lejos de ser negativa es extraordinaria. El monstruo de la inquina está en campo abierto y es posible cazarlo. Las armas son las protestas, pedir la renuncia de los 107 y presionar desde una gran convergencia reforma a la Ley Electoral y de Partidos.
Podrán intentar aferrarse a ese discurso de que los manifestantes son criminales o terroristas o a esa perorata de que todo es ideológico. Fútiles intentos. Seguirán seduciendo a una minoría ultraconservadora que ya está perdida en sus miedos irracionales y sin fundamento pero poco más.
Los 107 diputados ya están en la mira. Será una gran prueba para los ciudadanos guatemaltecos recordar cada cara y cada nombre, estar atentos. De presentarse y ganar en las próximas elecciones qué decir más que esto: tendríamos el país que nos merecemos.
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