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El testimonio que desnuda a Sinibaldi

  • Por Soy502
08 de septiembre de 2018, 23:16
Alejandro Sinibaldi sigue prófugo. (Foto: Archivo/Soy502)

Alejandro Sinibaldi sigue prófugo. (Foto: Archivo/Soy502)

Ella era su mano derecha, su persona de confianza. Trabajó con Alejandro  Sinibaldi desde el principio y lo ayudó a montar la estructura que le sirvió para saquear al Estado. 

Parte de ese servicio fue prestar su nombre –Aneliese Mercedes Herrera Monterroso—para enmascarar algunas sociedades, locales y off shore, mediante las cuales el ex fundador del Partido Patriota, ex diputado y ex ministro de Comunicaciones escondió y lavó millones de quetzales. 

Aneliese Herrera describe en su declaración cómo Alejandro Sinibaldi adquirió una fortuna mientras fue ministro. (Foto: cortesía Nuestro Diario)
Aneliese Herrera describe en su declaración cómo Alejandro Sinibaldi adquirió una fortuna mientras fue ministro. (Foto: cortesía Nuestro Diario)

Su testimonio consta en un documento de 147 páginas que como ya ha sucedido en otras ocasiones, ha empezado a circular en redes sociales, antes de que se conozca en audiencia procesal.

Luego de confirmar la autenticidad del documento con el fiscal Juan Francisco Sandoval, comparto con ustedes las conclusiones principales que se desprenden de esta declaración que fue rendida en febrero de este año, en el edificio de Gerona.

1. Organizados para robar

Aneliese Herrera empezó a trabajar como asistente de Alejandro Sinibaldi en 2005, cuando él se encontraba montando la empresa Imágenes Urbanas con su socio, Christian Michael Ross, en una oficina de Europlaza. 

Sinibaldi no improvisó. Durante meses, él y su equipo se dedicaron a dos cosas: armar una robusta maquinaria de propaganda electoral para la campaña de 2007 y crear una red de casi 50 empresas para canalizar los flujos de dinero que habrían de conseguir ya en el poder. 

Aneliese Herrera explica por qué accedió a prestar su nombre a la estructura de sociedades de Sinibaldi.
Aneliese Herrera explica por qué accedió a prestar su nombre a la estructura de sociedades de Sinibaldi.

En su declaración, Herrera no hace una sola referencia a los planes que hubiera podido tener Sinibaldi para gobernar. El hombre estaba enfocado en levantar una plataforma de marketing electoral de su propiedad  y sentar las bases para acumular una fortuna, a costa de los recursos de los guatemaltecos.

2. El ministro de las mordidas

Una vez ganan las elecciones, Sinibaldi obtiene el botín más apetecido: el Ministerio de Comunicaciones que durante los años en que Sinibaldi fue ministro, de 2012 a 2014, manejó Q18.5 millardos y según el testimonio de Herrera, todo, absolutamente todo, obras y contratos, pagó una comisión que oscilaba entre el 5 y el 15 por ciento.

"Todo pagaba comisión", dijo Aneliese Herrera.
"Todo pagaba comisión", dijo Aneliese Herrera.

Herrera describe a Sinibaldi como un director de orquesta de la corrupción: es él quien ordena cómo se hacen todos los pagos de recursos públicos,  es él quien negocia las coimas principales con los grandes constructores, quien centraliza todo el dinero de los sobornos y lo distribuye entre los viceministros que participaban del “negocio”: Rubén Mejía, Guillermo Sosa “el Botox” y Miguel Cabrera.

Además de saquear al ministerio con estas mordidas, Herrera también indica que Sinibaldi esquilmaba los recursos a través de las plazas que tenía asignadas y que usaba para pagar servicios que no se rendían al Estado sino que a él en lo personal y sus empresas.

3. El "monopoly" de la corrupción

Es en los años del MICIVI que Sinibaldi empieza a darse vida de magnate y adquiere "terrenos, fincas, apartamentos, vehículos, arte, antigüedades, los helicópteros, los barcos, los aviones y todo lo que tenía", enumera la declaración de Herrera.

La parte principal de la fortuna de Sinibaldi se forjó de 2012 a 2014, en el MICIVI.
La parte principal de la fortuna de Sinibaldi se forjó de 2012 a 2014, en el MICIVI.

Es tan vertiginosa la acumulación de esta fabulosa fortuna, que el ministro compra, por ejemplo, más de cinco apartamentos de lujo y solo "los conoce de nombre". El ministro únicamente visita uno de ellos, que amuebló y decoró con la ayuda de una decoradora: el 5C del edificio Margarita.

Los demás solo le sirven para tener cajas fuertes donde guarda enormes sumas de dinero. Cuando el MP y CICIG revientan el caso La Línea en 2015 y allanan el edificio Margarita porque ahí tenía también un apartamento Roxana Baldetti, Sinibaldi entra en pánico y empieza a mover su capital.

En una noche, cuenta Anaelise Herrera, trasladan en maletas y maletines más de 100 millones de quetzales y 2 millones de dólares que Sinibaldi tenía repartidos en las cajas fuertes de sus propiedades. 

Sinibaldi llegó a tener más de 100 millones de quetzales y 2 millones de dólares en efectivo en sus apartamentos, que usaba como bóvedas.
Sinibaldi llegó a tener más de 100 millones de quetzales y 2 millones de dólares en efectivo en sus apartamentos, que usaba como bóvedas.

4. Una telaraña de relaciones

Es evidente que una entramado así no lo construye una persona en lo individual. La corrupción debe “salpicar” para mantenerse, pues de lo contrario es denunciada.

La declaración de Herrera muestra hasta donde llegaban los tentáculos de Sinibaldi. Están, desde luego, las personas como ella, los hermanos del ministro, sus abogados y funcionarios más cercanos, que forman el círculo primario.

A ello hay que agregar los socios de Sinibaldi, los contratistas del Estado tanto los locales como internacionales (Odebrecht y Solel Boneh), los empresarios con los que hizo negocios inmobiliarios, entre otros que posiblemente colaboraron con él para lavar los enormes flujos de dinero que pasaron por sus manos y sus empresas.

Así negociaba Alejandro Sinibaldi las comisiones grandes del MICIVI.
Así negociaba Alejandro Sinibaldi las comisiones grandes del MICIVI.

La declaración asegura también que Sinibaldi hacía pagos mensuales a varios diputados, a quienes les pagaba 20 o 25 mil quetzales en efectivo, entregados en sobres de papel manila. Herrera afirma que en una ocasión la ex fiscal Thelma Aldana llegó a la oficina de Sinibaldi, acompañada de un conocido operador político, Gustavo Herrera, hoy asilado en Nicaragua. 

Asimismo, Herrera menciona que Sinibaldi hizo pagos de 50 y 75 mil quetzales que identificó bajo las siglas “CC” y el nombre de pila de un abogado que hoy es magistrado.

El testimonio de Herrera termina la narración contando cómo intentó esconderse en Estados Unidos, por órdenes de Sinbaldi, y cómo los abogados de éste trataron de aleccionarla antes de que rindiera declaración ante el MP, para que le echara la culpa de todo a Ross, el socio de Sinibaldi.

La magnitud del saqueo cometido por Alejandro Sinibaldi, en detrimento de todos los guatemaltecos, que hoy padecemos la debacle de una red vial en ruinas, debería ser argumento suficiente para entender que Guatemala no saldrá adelante nunca si estos vicios permanecen en la impunidad y si la sociedad en su conjunto no se compromete a repudiar y reemplazar ese modelo de gestión que Sinibaldi perfeccionó, basado en la extorsión, el chantaje y la mordida, que enriquece a unos cuantos y condena a la miseria y la frustración a millones de guatemaltecos.  

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