Casi tres meses después de haber tomado posesión, la nueva Fiscal General, Consuelo Porras, se sentó a la par del jefe de la CICIG, Iván Velásquez, para anunciar su primera acción importante: la solicitud de dos antejuicios, uno contra el presidente Jimmy Morales y el segundo, contra la diputada Nineth Montenegro.
Estas acciones legales constituyen sobre todo una toma de postura pública de Porras en la lucha contra la corrupción iniciada en el país desde que se destapó el caso La Línea, en 2015, que culminó con la caída estrepitosa del gobierno de Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti.
Quienes pensaron que la nueva Fiscal se iba a dedicar a organizar cuchubales y tejer zapatitos de bebé en Gerona, están brincando de bravos. El vicepresidente del Congreso, Felipe Alejos, más conocido por ser el vocero extra oficial de los presos VIP del Mariscal Zavala, está vociferando desde el viernes que se fragua un nuevo golpe de Estado.
Al oírlo repetir por millonésima vez el mismo sonsonete dan ganas de decirle al diputado Alejos que, por piedad, ya aburrió, pero mejor que siga: repetir una necedad hasta el infinito no la convertirá en verdad, por el contrario, acabará por gastarla hasta que sea completamente irrelevante.
Esta es la cuarta vez que el Presidente Morales se enfrenta a la posibilidad de perder la inmunidad y ser investigado. El nuevo proceso es como decían las abuelitas, “otra mancha más pa´l tigre”. Cuál sea la suerte de una presidencia tan debilitada, francamente no cambia mucho el panorama político, especialmente con un proceso electoral en puerta a pocos meses.
Tanto el Congreso como la Corte Suprema se han encargado ya de sacar al mandatario de apuros legales: lo más probable es que ocurra lo mismo. Eso sí, que se cuide Morales porque si a los diputados les llegara a parecer conveniente tirarlo bajo el bus por conveniencia política, que no lo dude un segundo: lo van a lanzar y con aviada.
Ahora bien, el antejuicio planteado contra la diputada Montenegro, sí puede alterar el escenario, tanto el de mediano plazo, de cara a la campaña, como el inmediato, en el Congreso.
Desde hace varias semanas, Montenegro estaba en pláticas con la ex jefa del MP, Thelma Aldana para organizar una coalición cuyo fin sería disputar las elecciones de 2019.
En estas negociaciones, que se encontraban en fase muy preliminar, se suponía que Montenegro aportaría el partido Encuentro por Guatemala y Aldana sería la candidata presidencial.
El proceso iniciado contra Montenegro sin duda modifica el panorama, pues obligará a Aldana a buscar otras opciones: ya sea con partidos en formación o con algunos que ya existen como “fichas electorales”, aunque realmente no constituyan una organización con base real.
La sola posibilidad de una candidatura de Aldana levanta mucha roncha. Este es el primer escollo que encuentra, solo el primero, pues varias voces se han elevado ya para anticipar que en caso Aldana se postule, le harán la vida a cuadritos.
Mientras eso se dilucida, la gran duda ahora es qué pasará en el Congreso con la diputada Montenegro. Aunque ella ha asegurado inicialmente que colaborará con las investigaciones del MP y la CICIG, veremos cuál será la postura de Encuentro por Guatemala y del diputado independiente que llegó con esa bancada al Congreso, a medida que el proceso avance.
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