No preguntar por Archie, el primogénito de Meghan Markle y el príncipe Harry, ni ofrecerse a cuidarlo, son solo algunas de las prohibiciones impuestas a los vecinos de los famosos duques.
Las reglas son tan fuertes que, entre las pocas acciones que las personas que habitan alrededor sí pueden hacer es responder "buenos días", o con algún otro comentario, si son los duques son quienes les hablan.
Pero les está totalmente restringido hacer lo siguiente:
- No acercarse a los duques
- No iniciar una conversación con ellos
- No acariciar a sus perros por ningún motivo
- No ofrecerse a pasear a sus mascotas
- No pedir ver a Archie
- No enviar nada a través del buzón de Frogmore Cottage
Sin embargo, al ser consultado, el Palacio de Buckingham aclaró que la pareja no estaba al tanto de esta lista de condiciones de vivienda para quienes viven alrededor de la residencia real en Frogmore Cottage.
Tanto Meghan como el príncipe Harry han expresado que quieren mantener la privacidad de la crianza de su hijo, por eso decidieron mudarse a ese lugar que está muy cerca del castillo de Windsor, a unos 34 kilómetros al oeste de Londres. Sin embargo, la polémica se mudó junto con ellos.
*Con información de: Infobae