Yo soy de los que piensan que la ya célebre familia rusa que compró documentación falsa está bien donde está: fuera de la cárcel. Han pagado más que suficiente y sufrido demasiado.
No conocemos los detalles de la animadversión de Putin hacia el patriarca de los Bitkov pero de ser cierta (incluso aunque haya sido exagerada) Rusia no es un país que vaya a respetar sus derechos.
El dictador ruso utiliza mecanismos de represión despreciables. La extradición no sería justicia, y bajo esas consideraciones debe ser visto el caso.
El análisis de la defensa puede ser tratado independientemente a esta empatía. Llevarlo a lo mediático y a los pasillos del cabildeo en Washington (como un arma arrojadiza contra CICIG) ha tenido ventajas para los acusados pero riesgos también.
En el juzgado pueden utilizar la estrategia que consideren oportuna, faltaría más. Si encuentran un artículo de un tratado internacional pensado para migrantes en vulnerabilidad económica y social, que lo utilicen. Bien por ellos.
No pueden sin embargo pretender que el público en general acepte los mismos argumentos sin que se conviertan en presa del, a veces cruel pero siempre genial, humor chapín.
Los chistes que relacionan lugares tan dispares como Rusia y Taxisco (lugar de “nacimiento” de la familia en los documentos que consiguieron al llegar) no se han hecho esperar.
Según la versión que sus defensores oficiales quieren vender, los Bitkov no hicieron nada ilegal y además alguien les engañó, pues ellos creían que todo era como debía ser.
Alguien que se hace millonario en la Rusia de Putin no es ningún inocentón. No estoy diciendo criminal, sino que necesariamente es vivo, sagaz, zorro…en el mejor sentido. Un tipo capaz de arriesgarse y aprovechar oportunidades.
¿Les parece este el perfil de alguien que paga 150 mil dólares (más de un millón de quetzales) desde la ingenuidad, por la ciudadanía de un país? ¿De verdad consideran que así es como se hacen legalmente las cosas ,por muy tropical que sea la tierra de destino?
Mientras en su mediatización del caso sigan repitiendo que ellos no violaron ninguna ley y que sus intereses son tan puros como el vodka (¿de Taxisco?) seguirán sufriendo mofa y befa y desgastándose.
No creo que el guatemalteco promedio le desee mal a estas personas. Qué bueno que están en su casa y ojalá todo les salga bien, pero que no esperen la solidaridad de la ciudadanía (salvo de quienes los usan como armas en contra de la Comisión), con mentiras que además de descaradas son risibles.
Más de Daniel Haering: