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¿Qué pasó con los Piratas de la Muerte, los taxistas acusados de 23 muertes?

  • Por Dulce Rivera
14 de abril de 2025, 16:48
Los Piratas de la muerte están acusados de 23 asesinatos. Drogaban a sus víctimas para robarles las pertenencias. (Foto: Soy502/archivo)

Los Piratas de la muerte están acusados de 23 asesinatos. Drogaban a sus víctimas para robarles las pertenencias. (Foto: Soy502/archivo)

Los integrantes de la banda denominada "Piratas de la muerte" fueron capturados el pasado 2 de abril y aún no se ha desarrollado la audiencia de primera declaración.

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A inicios de abril fueron capturadas 13 personas vinculadas a la banda "Piratas de la muerte", acusadas de causar la muerte de 23 personas, luego de drogarlas para robarles sus pertenencias y abandonarlos en la vía pública. 

La estructura criminal quedó desarticulada y actualmente están en prisión provisional, pues aunque este 14 de abril estaba programada la audiencia de primera declaración, esta no se desarrolló por ausencia de abogados para algunos de los detenidos. 

El Juzgado Décimo penal, que giró las órdenes de captura, programó una nueva audiencia para el 28 de abril en la que el Ministerio Público imputará los hechos en contra de los capturados. 

Ese día se espera que el juez resuelva si quedan ligados a proceso penal o no. 

Así operaban: 

Los cuerpos sin vida de varias personas comenzaron a aparecer en la vía pública. Principalmente, en las zonas 3, 7, 10, 11 y 12 de la Ciudad de Guatemala. Los hallazgos ocurrieron entre abril de 2023 y agosto de 2024.

La Fiscalía determinó que había una banda que engañaba a sus víctimas, les ofrecían viajes, pero también bebidas adulteradas, esto lo hacían en las zonas  1, 3, 4, 6, 7, 8, 9, 10, 11 y 12.

Tenían al menos tres formas de operar:

Primero ofrecían a particulares el servicio de taxi pirata y que serían trasladados a sus viviendas. En el camino les ofrecían bebidas de cortesía, pero estas estaban adulteradas con medicamentos.

La segunda forma de captar a sus víctimas era con servicio de taxi comunitario, pero a las pocas cuadras se subía un integrante de la estructura que fingía ser pasajero, era este quien ofrecía la bebida.

La tercera forma de operar era en gasolineras, la estructura ubicaba a personas que estuvieran ingiriendo bebidas alcohólicas, se portaban amigables, se ganaban la confianza y luego ofrecían "invitar" a la víctima a alguna bebida, pero a la misma le colocaban medicamentos.

En cualquier forma de operar, las víctimas al ingerir la bebida adulterada perdía la consciencia y era cuando los delincuentes aprovechaban para despojarlas de sus pertenencias. Luego abandonaban los cuerpos de las víctimas.

Se cree que en la mayoría de los casos, las víctimas fueron abandonas aún con vida, pero por aparentar ser personas en situación de calle, las autoridades no eran alertadas de manera inmediata.

Aunque inicialmente las necropsias arrojaron que las víctimas fallecieron por enfermedad común por consumo de etanol, la Fiscalía pidió ampliar los exámenes toxicológicos.

Es así como se comprobó que en el cuerpo de las víctimas había restos de Benzodiazepinas, como el Clonazepan, clordiazepoxido y Zolpidem, antidepresivos como la Quetiapina, entre otros, que son medicamentos de uso psiquiátrico que provocan somnolencia y en dosis mayores puede provocar la muerte. Además de isopropanol, una sustancia tóxica que provoca mareos, somnolencia y puede provocar la muerte.

La Fiscalía resaltó que estos medicamentos son de uso controlado, es decir, que se pueden adquirir únicamente con receta médica.

En los allanamientos, el MP incautó medicamentos que se presume eran usados para drogar a las víctimas. (Foto: MP)
En los allanamientos, el MP incautó medicamentos que se presume eran usados para drogar a las víctimas. (Foto: MP)

La estructura drogaba a sus víctimas con el fin de robarles sus pertenencias. No solo se apropiaban de sus celulares, joyas, efectivo, sino también de las tarjetas de débito o crédito.

Cuando las víctimas ya estaban inconscientes, tomaban las tarjetas, hacían diferentes consumos por varias cantidades, dependiendo del límite de la tarjeta.

Además, al tener el teléfono de la víctima, el documento personal de identificación y la tarjeta lograban confirmar con el banco la transacción y así "no levantar sospechas".

Los consumos a veces eran por cantidades menores como Q40, pero otras veces hasta por Q18 mil.

La Fiscalía de delitos contra la Vida contabilizó que en total son cerca de Q175 mil que la estructura se apropió de manera ilegal.

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