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"Pedazos de gente"

  • Por Soy502
14 de julio de 2018, 23:18
El lugar de la tragedia aún no ha sido declarado camposanto por las autoridades. (Foto: Archivo/Soy502)

El lugar de la tragedia aún no ha sido declarado camposanto por las autoridades. (Foto: Archivo/Soy502)

El casco oxidado del barco emergió sobre las olas como un pez muerto. Al ver su flanco carcomido por el salitre, varios de los presentes lloraron.

En abril de 2014 el ferry Sewol se hundió frente a las costas de la isla Jindo, al suroeste de Corea, con 476 personas a bordo. De ellas, solo 172 lograron sobrevivir. Las otras 304, en su mayoría adolescentes que participaban en una gira escolar, murieron en el naufragio.

El gobierno coreano reflotó en ferry naufragado donde perecieron 304 personas. (Foto: Archivo AFP)
El gobierno coreano reflotó en ferry naufragado donde perecieron 304 personas. (Foto: Archivo AFP)

Desde el momento en que el barco zozobró, el gobierno de Corea del Sur realizó un esfuerzo titánico por dar paz a las familias de las víctimas, en especial a las nueve que no lograron recuperar los restos de sus seres queridos.

La labor del gobierno coreano ante una de las peores tragedias marítimas de su historia contrasta con la fallida respuesta del gobierno de Jimmy Morales en la tragedia del Volcán de Fuego, una catástrofe comparable a la de Pompeya, enorme no solo para Guatemala sino en la historia de la humanidad. 

Está claro que Guatemala no tiene los recursos de Corea del Sur para  agotar hasta el último intento por tratar con respeto y dignidad a cada una de las personas fallecidas en un desastre.

Ni en sueños podríamos haber hecho todo lo que los coreanos, pero es inaceptable la forma indolente en que el gobierno ha manejado la situación: desde los errores cometidos en el momento de la emergencia, hasta la falta de interés por establecer  tan siquiera cuántos son los muertos.

La actual administración ha parecido más preocupada en resguardar su imagen y desvincularse de toda responsabilidad, que en dimensionar la catástrofe, apoyar a los damnificados e iniciar labores de prevención para el futuro.

Tan perdidos están en el gobierno que lo mejor que se les ocurrió fue levantar un monumento tan horrendo que no consuela a los afectados ni honra a los héroes.

A ello se suman declaraciones fuera de lugar que desnudan la falta de empatía de los gobernantes. El presidente Morales invita al turismo a “quemarse los pies en la arena volcánica” de nuestras playas y ahora el director de Conred, Sergio Cabañas, aclara, displicente, que los restos humanos hallados al pie del Volcán no son cuerpos, sino solo “pedazos de gente”. 

Del otro lado del mundo, un gobierno más respetuoso de la vida humana exploró el fondo del mar durante meses para recuperar los restos de los nueve náufragos, no digamos de cientos o miles. 

Los coreanos reflotaron un barco de más de seis toneladas que se encontraba encallado a cuarenta metros de profundidad y lo remolcaron más de diez días para ver si ahí estaban aún los desaparecidos. 

El capitán del barco fue condenado a cadena perpetua  por retrasar la evacuación y huir del lugar, en vez de auxiliar a los pasajeros. Otros miembros de la tripulación recibieron condenadas que van de los 30 a los 5 años, dependiendo de su grado de negligencia.

Aquí en cambio, la tragedia del Volcán dejó claro que hay vidas que no cuentan. Ni siquiera para que las ingresen a una estadística, no digamos para recibir una sepultura digna.

Quiénes son en realidad los "pedazos de gente", me pregunto yo.

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