Los padres de un niño estaban preocupados ya que el pequeño cuando regresaba a casa decía que no quería volver a la escuela al siguiente día. Esto se repetía en varias ocasiones hasta que descubrieron la realidad.
El pequeño Staley Sandy Ester iba a sus clases sin problemas, hasta que de un momento a otro se negó a asistir. Él siempre llegaba a casa asustado y afirmando que en la escuela ocurrían cosas raras.
El menor diagnosticado con trastorno de déficit de atención con hiperactividad, asistía a la escuela Gages Lakes porque precisamente este colegio era especializado en educar a chicos con dificultades emociones y de conducta.
Con la finalidad de conocer qué era lo que pasaba con su hijo, la madre del menor contrató una investigación privada que fue publicada por el diario Chicago Tribune junto a ProPublica, una agencia de periodismo de investigación independiente.
Se pudo conocer la terrible realidad que vivían decenas de niños en la escuela Gages Lakes: “usan con frecuencia el aislamiento”, con alumnos que cursan el jardín de niños hasta el quinto grado. Sin que sus padres se enterarán, los menores eran encerrados en estos lugares de aislamiento para hacerlos “reflexionar”.
La investigación llevó a las autoridades de Illinois a abrir 21 investigaciones “sobre abusos en una escuela que puso en aislamiento a los estudiantes más de 1 mil 700 veces el año escolar” y además señalaron que al menos 8 menores, entre ellos Staley, podrían haber sufrido abusos.
Los asistentes escolares Nicholas Izquierdo y Jennifer Aguirre renunciaron al colegio Gages Lake al enterarse de que la Fiscalía los investigaba por el uso de la fuerza excesiva con los estudiantes. Incluso, Aguirre se suicidó al no soportar que había una investigación en su contra, indica ProPublica.
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*Con información de El Comercio
