Con cohetes, besos, abrazos y fiesta fue recibido Marcelo Ramírez López, quien había desaparecido hacía ocho años y su familia lo había dado por muerto. El reencuentro ocurrió este sábado, 6 de febrero.
OTRO CASO: Encuentran en Alta Verapaz a niña desaparecida
En 2013, los bomberos Voluntarios encontraron a un joven en situación de calle deambulando por Guastatoya. No respondía a las preguntas y parecía que tenía algún grado de discapacidad intelectual. Los socorristas calcularon que tenía entre 10 y 11 años.
Fue trasladado hacia la Procuraduría General de la Nación (PGN) para que esta institución lo acogiera, le brindara abrigo y resolviera su situación. En ese momento se creyó que padecía sordera y alguna dificultad física para hablar. Fue imposible obtener información de su familia. Dicha entidad publicó edictos e información para dar con sus parientes, pero no encontraron a nadie.
La PGN resolvió llevarlo a un juzgado y, en este lugar, el togado resolvió que el joven tenía derecho a una identidad. Entonces, fue rebautizado con el nombre de Carlos César.
Tras esta disposición fue llevado al Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif), donde se confirmó su discapacidad intelectual. El juez resolvió que Carlos debía ser atendido por la Secretaría de Bienestar Social (SBS).
Quetzaltenango y el Renap
La Secretaría de Bienestar lo trasladó hacia Quetzaltenango, lugar donde funciona una residencia especial para niñas, niños y adolescentes con discapacidad. Carlos César fue diagnosticado con discapacidad intelectual y sordera.
Elizabeth Monzón, administradora residencial de Onice 3, explicó que Carlos César pasó mucho tiempo en ese lugar bajo el abrigo de la Secretaría. Sin embargo, en 2020 se hizo la gestión con el Registro Nacional de las Personas (Renap) para inscribirlo y darle un Documento Personal de Identificación (DPI).
Pero, al colocar la huella digital del joven, en los archivos del Renap, apareció que este sí tenía una identidad, incluso ya era mayor de edad y poseía DPI. Su nombre real era Marcelo Ramírez López. Las posibilidades de llevarlo con su familia, por primera vez, eran contundentes.
Monzón, la administradora de Onice 3, comentó que tras ubicar a la familia, esta no podía esperar para verlo y realizaron una videollamada, durante la cual se planificó el reencuentro.
"Resucitó"
Marcelo Ramírez López se perdió en 2013, y su familia lo buscó hasta en la frontera con Honduras, pero no lograron ubicarlo en ningún poblado. Durante un año, sus esfuerzos fueron en vano y se rindieron. Dieron por muerto a su hijo. Continuaron con su vida y se mudaron.
La familia de Marcelo vive en San Juan La Ermita, en Chiquimula, aldea en la que residen desde hace tres años, a media hora de la cabecera departamental. El personal de la Secretaría de Bienestar Social tuvo que caminar entre las montañas para llevar a Marcelo con su padre.
Al llegar a casa fue recibido con cohetillos y una fiesta con vecinos. La Secretaría llevó víveres a la familia y, en ese lugar, lo recibió su padre y su madrastra, quien lo cuidó desde los siete años.
Entonces, se descubrió la verdadera edad de Marcelo. Por su estado avanzado de desnutrición y delgadez, los bomberos pensaron que era menor de edad. Pero, actualmente, Marcelo tiene 28 años.
En redes sociales, Francisco Molina, jefe de la Secretaría de Bienestar Social (quien llegó al lugar para entregar a Marcelo), escribió en sus redes sociales: "Hace 8 años desapareció sin dejar más rastro que los corazones destrozados de su familia. Hoy vuelve el hijo que daban por muerto, a quien nunca dejaron de buscar. “Voy a cuidar de ti”, le dijo su madre, al fundirse en besos y abrazos con él".
Toda su familia calificó el regreso de Marcelo como una "resurrección", ya que lo habían dado por muerto y habían abandonado toda esperanza de encontrarlo.
Sin embargo, ocho años después ocurrió el milagro que devolvió la alegría a ese hogar.
TE PUEDE INTERESAR: