En distintos lugares, principalmente en Estados Unidos, se elaboran y esconden los huevos de Pascua como parte de una actividad familiar, pero ¿qué relación tienen con el catolicismo?
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Esta es una mezcla de tradiciones asociadas a la primavera y a la fertilidad, su origen pagano tomó otro significado con el cristianismo.
Los egipcios celebraban la primavera decorando huevos en tonos dorados como símbolo de fertilidad y renovación, estos se utilizaban en rituales para atraer la buena suerte y la prosperidad, entregándose como adornos y regalos en ocasiones especiales.
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En el cristianismo
Según la Agencia Católica de Informaciones ACI, el huevo se convirtió en un símbolo de la resurrección de Jesús, representando la nueva vida después de la muerte.
En el siglo IX se prohibió comer huevo en cuaresma, por ello el día de Pascua, además de la resurrección, se hacía un "festín" ya que hasta ese día se permitía comerlo.
En la Edad Media, los huevos de Pascua no se usaban hasta ser bendecidos en la iglesia, luego se intercambiaban entre los seres queridos.
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El conejo de pascua
El conejo también se convirtió en un símbolo cristiano, pues se usó a la liebre como metáfora al camino cristiano a la resurrección. Se dice que un conejo quedó atrapado en la tumba y por ello sería el primer ser vivo, testigo de la resurrección de Jesús, así fue como se ganó el privilegio de anunciar la buena nueva a los niños del mundo en la mañana de la Pascua.
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Origen de los huevos de chocolate
Debido a que eran considerados regalos, los primeros huevos de chocolate aparecieron en Francia y Alemania en el siglo XVIII, estos solían llevar pequeños regalos dentro y luego comerse, poco a poco fueron ganando popularidad.
Luego, en la celebración en lugar de obsequiarse, comenzaron a esconderse en los jardines y campos para que los niños los buscaran y encontraran. Esta actividad fue pasando generaciones.
