Muchos funcionarios hacen un uso irresponsable del dinero del pueblo. Con esto, faltan a la ética del servicio público y dejan en evidencia que no son personas idóneas para ocupar cargos públicos.
Esta situación nos afecta a los guatemaltecos. Sin gente íntegra al frente de las instituciones del Estado, la probabilidad de que los problemas más graves de nuestro país sean debidamente atendidos es muy baja.
El manejo insensato de las cajas chicas en el Congreso recientemente revelado en publicaciones de Soy502 ilustra esta realidad. Las comisiones parlamentarias usaron este rubro para gastarse más de medio millón de quetzales, sobre todo en alimentos.
Eso, además de los 1.3 millones de quetzales que pagaron los diputados por ir a varios restaurantes, donde dilapidaron de manera desmedida e inconsciente el dinero del pueblo guatemalteco.
El gasto que representó para el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales contratar un helicóptero para que el Ministro Alfonso Alonzo acudiera a votar en la pasada Consulta Popular también demuestra un uso irresponsable de los fondos públicos.
No hay que olvidar los 29 mil quetzales diarios que la SAAS gastó durante 2017 en comida para el Presidente Jimmy Morales, su familia y personal de la institución. Tampoco pueden obviarse los más de 300 mil quetzales que la SAAS destinó a gastos personales para el Presidente, de los cuales el titular de la institución, Orlando Ramírez, ya devolvió 113 mil a las arcas del Estado.
Quienes despilfarran de esta manera demuestran su incapacidad para valorar el uso efectivo, eficiente y responsable del tesoro público, lo cual evidencia también su falta de idoneidad para ocupar los cargos que les han sido asignados.
Si seguimos así, lo más probable es que las arcas del Estado continúen siendo saqueadas para el beneficio personal de funcionarios sin escrúpulos.
Ante esta realidad, los guatemaltecos debemos exigir que los sinvergüenzas que hagan uso indebido de los fondos del Estado rindan cuentas por sus acciones.
También debemos exigir que estos funcionarios den un paso al costado para que guatemaltecos íntegros sean quienes velen porque el dinero de pueblo se use de manera efectiva, eficiente y responsable. Solo así aumentará la probabilidad de que el Estado atienda debidamente los problemas que aquejan a nuestro país.
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