Carnes con cortes exclusivos, mariscos importados, chocolates, capuchinos y hasta menús infantiles son comprados a diario por los diputados del Congreso con los recursos que reciben de los fondos rotativos.
Aunque no está en ley, cada año la Junta Directiva del Congreso establece a discreción un monto de dinero para que los jefes de bloque y presidentes de comisión efectúen gastos imprevistos.
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El año pasado, los legisladores gastaron 1 millón 743.9 millones de quetzales, de los cuales 1 millón 272 mil quetzales lo usaron en la compra de comida, según la revisión de 6 mil 404 facturas que efectuó Soy502 sobre los gastos reportados de fondos rotativos de 2017.
Aunque muchos usan comedores y cafeterías, otros optan por restaurantes exclusivos o bares reconocidos en los que adquieren platillos que pueden llegar a costar hasta 300 quetzales para una persona.
Los de gustos más exclusivos son los diputados de Alianza Ciudadana, de los 144 mil 505.93 quetzales que se gastaron de su fondo rotativo en 2017, 42 mil 974 quetzales lo hicieron en un restaurante donde consumieron desde camarones al ajillo, hasta conejo y truchas.
Otros, como Orlando Blanco optaron por comer ceviche en un restaurante, donde costó 110 quetzales el plato. O posta, como lo hizo el exsegundo vicepresidente, Eduardo de Matta, quien por su almuerzo pagó 285 quetzales.
Mientras que bancadas como el Frente de Convergencia Nacional (FCN-Nación) eligieron otros lugares, para comprar comida. Solo para este rubro se gastaron 79 mil 573 quetzales.
La compra de bebidas alcohólicas está prohibida, según el Manual. Algunos hicieron caso omiso y compraron licor, pero autoridades del Congreso aseguran que se debió reintegrar el costo de la bebida.
Sin embargo, hay varias facturas de la bancada Alianza Ciudadana que fueron tapadas de manera intencional. Además, muchos de los negocios no detallan en qué consiste las compras, se limitan a escribir: “Por alimentos y bebidas”.
Hasta los empleados
Pese a que el Manual de Fondos Rotativos aprobado en 2012 establece que los recursos son para gastos de las bancadas y las comisiones, la mayoría de los recursos son utilizados por los presidentes de las salas o los jefes de bloques, incluso un legislador se atrevió a decir que se trata de un sobresueldo.
No son los únicos. De los recursos de caja chica también se compran sus gustos los asesores, asistentes y secretarias.
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El Manual establece que en cada una de las compras se debe de justificar las razones de las reuniones y los acompañantes. Según los argumentos de las facturas, del total de lo ejecutado en alimentos, 318 mil 867 quetzales se gastaron en reuniones de bancadas.
No obstante, los diputados no fueron los únicos que se alimentaron con los recursos del Congreso. En los reportes se establece que, por lo menos, 58 mil 348 quetzales se pagaron en facturas de comidas reportadas por trabajadores de dicho organismo.
Los trabajadores del Congreso, en su mayoría asesores y asistentes de los diputados, son en lugares tan exclusivos como el de los legisladores. Aunque también compran helados, galletas o café. Los justifican aduciendo que efectuaron alguna comisión encomendada por el diputado o porque hubo una reunión de trabajo.
Además, 339 mil 465 quetzales se gastaron en el pago de alimentos en donde el diputado jefe de bloque o presidente de comisión iba acompañado de su asistente, asesor o secretaria.
Otros gastos
La compra de combustible es el segundo rubro de mayor relevancia en el gasto de los diputados. Del 1.7 millones de quetzales que se gastaron de caja chica, 440 mil 903.66 quetzales fue para la compra de gasolina o diésel.
Hubo gastos menores que llamaron la atención, como la adquisición de una caja fuerte por parte del diputado Napoleón Rojas.
De igual forma, varios diputados contrataron la servicios de cerrajeros, mientras que la bancada Unidad Nacional de la Esperanza gastó 4 mil 995 en la colocación de una esquela porque falleció la mamá de uno de los legisladores de su bancada.
¿Por qué es un fondo rotativo?
En años anteriores el fondo era revolvente, es decir, si se acababan los recursos, los diputados podían volver a pedir más. Pero, desde hace unos 10 años se estableció un fondo rotativo, lo que significa que se establece un techo máximo del que no se deben pasar los bloques o las comisiones. Y en 2012 se creó un Manual, el cual fue supervisado por el diputado Ernesto Galdámez.
En 2017 se determinó, a discreción de la Junta Directiva, un fondo rotativo de 36 mil quetzales para cada comisión, el cual se entregaría en 12 cuotas de 3 mil al mes, pero si el diputado así lo requiere, puede pedir la totalidad de sus recursos en un solo pago.
Para las bancadas fue de 1 mil quetzales por cada diputado y otros mil para el bloque. Es decir, si un bloque estaba integrado por un legislador, tuvo derecho a 2 mil quetzales, pero si estaba integrada por 37, como el caso del Frente de Convergencia Nacional (FCN-Nación), recibió 38 mil al mes.
Uno de los diputados aseguró que desde 2015 se ha vuelto más drástico el uso de los fondos rotativos, incluso, ahora cada año los trabajadores encargados de efectuar los reportes deben de recibir un curso.
Sin embargo, reconoció que hay legisladores que han aprendido a “jugarle la vuelta” a las reglas para continuar con los “gastos deshonestos y prohibidos”.
Según los mismos legisladores, el fondo rotativo es una de las razones por las que hay tanto desgaste en elegir a presidentes de comisiones y jefes de bloques, debido a que son utilizadas como un sobre sueldo; aunque deben usarse para gastos internos y repartirlos entre los diputados, los jefes y presidentes de comisión son quienes deciden quién y cómo autorizará los gastos.
Esta es la primera parte de nueve reportajes sobre el uso de los fondos rotativos. Lee mañana: "Idilio amoroso de diputados se paga con la caja chica del Congreso"
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