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¿Se emplean fetos en vacunas contra Covid-19? R: Falso

  • Por AFP
08 de julio de 2020, 17:07
Expertos han desmentido la teoría del uso de fetos o bebés recién nacidos en investigaciones para el desarrollo de vacunas. (Foto: AFP)

Expertos han desmentido la teoría del uso de fetos o bebés recién nacidos en investigaciones para el desarrollo de vacunas. (Foto: AFP)

Publicaciones compartidas más de 1,100 veces en redes sociales afirman que las vacunas, incluyendo las que se encuentran en desarrollo contra el Covid-19, utilizan tejidos que provienen de fetos de “5 o 6 meses”, que se extraen con vida del útero materno y se les “corta” el corazón mientras aún está latiendo.

Pero esa aberrante afirmación carece de fundamento. Lo cierto es que en la fabricación de varias vacunas se utilizan líneas celulares, es decir, células replicadas a partir de las originales mediante procedimientos de laboratorio, provenientes de embarazos interrumpidos de manera voluntaria hace décadas, las cuales son ampliamente utilizadas en la investigación médica y científica.

Mientras que en el texto que circula en Facebook se afirma: “La Dra. Deisher revela que en las vacunas se encuentran fragmentos de ADN humano. La mayoría de las vacunas Covid en desarrollo, utilizan tejidos fetales humanos para cultivar el coronavirus”.

La publicación indica: “Para que estos bebés puedan ser utilizados en las investigaciones que se están llevando a cabo, sus corazones deben estar latiendo”, y citan como fuente de esa información, una conversación entre Robert F. Kennedy, Jr. y Theresa Deisher, para el sitio “Children’s Health Defense”.

“Les cortan el corazón a bebés vivos de 5 a 6 meses de edad de gestación, sin anestesia para experimentos varios y fabricación de vacunas que, además, pretenden obligarnos a ponerlas a nuestros hijos, que son cancerígenas y mutagénicas por contener ADN de estos bebés”, continúan.

La entrada está acompañada de un link a un video de YouTube, titulado “Les cortan el corazón a bebés vivos para experimentos”, en el que puede verse poco más de un minuto de una conversación online entre Kennedy y Deisher. Las mismas afirmaciones también circularon en Twitter.

La entrevista completa fue publicada el 17 de junio, en el sitio Children’s Health Defense, administrado por Robert F. Kennedy Jr., abogado ambientalista estadounidense y prominente antivacunas, defensor de teorías largamente desacreditadas, como la relación causal entre las vacunas y el autismo.

"Vacunas con ADN o tejidos fetales"

Las afirmaciones erróneas de que las vacunas utilizan “tejido fetal” en su fabricación o contienen “fragmentos de ADN humano”, proviene del hecho de que para el cultivo de algunas vacunas se utilizan células de origen humano o, más precisamente, “líneas celulares”. Se trata de células que han sido adaptadas para crecer de manera contínua en un laboratorio, y que se usan en la investigación.

“Cuando hablamos de una línea celular, generalmente, hablamos de células inmortalizadas que se dividen en generaciones de manera indefinida, como son las líneas tumorales”, explicó a AFP Factual, Magdalena Montt Guevara, doctora en Neurociencia y Ciencias Endocrinas-Metabólicas, en la Universidad de Pisa, Italia.

“También hay líneas celulares que provienen de células primarias, derivadas de tejidos normales y que se pueden mantener un número determinado de generaciones. Las líneas celulares se utilizan en investigación de manera rutinaria”, agrega la doctora Montt.

En efecto, desde la década de 1970, se han utilizado líneas celulares derivadas de células de fetos de embarazos interrumpidos voluntariamente en la fabricación de vacunas, incluidas las vacunas actuales contra la rubéola, la varicela, la hepatitis A y el herpes zóster, como informa la revista "Science. También las utilizan varias vacunas en estudio contra el Covid-19.

“Al menos cinco de las vacunas candidatas para tratar el Covid-19 usan una de dos líneas celulares fetales humanas”, explica el artículo.

Una es la HEK-293, una línea celular de riñón ampliamente utilizada en investigación desde 1972. La otra es la "PER.c6, una línea celular patentada propiedad de Janssen, subsidiaria de Johnson & Johnson, desarrollada a partir de células retinianas de un feto de 18 semanas, abortado en 1985”.

Pero estas líneas celulares no son tejido fetal, como afirman las publicaciones virales. “Un tejido celular es una agrupación de células que comparten ciertas características y que actúan en conjunto y de forma coordinada, desarrollando distintas funciones en un organismo”, explicó a AFP Factual, la doctora en Farmacia, María Victoria Sánchez, investigadora del Laboratorio de inmunología y desarrollo de vacunas, de IMBECU-CCT-CONICET, Argentina.

En resumen

Varias vacunas, incluyendo algunas que se encuentran en estudio contra el Covid-19, utilizan líneas celulares, es decir, células replicadas a partir de las originales mediante procedimientos de laboratorio, producto de embarazos interrumpidos en 1972 y 1985.

No es cierto que utilicen tejidos fetales que derivan de fetos que nacieron vivos y que se les extrajo el corazón para la investigación. Las denuncias de la existencia de tal práctica, han demostrado ser infundadas.

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