Mientras Lionel Messi hacía historia al recibir su cuarta Bota de Oro, un hecho gracioso sucedía a escondidas de su mirada, pues su hijo, Thiago, y su compañero en el Barcelona, Luis Suárez, protagonizaron un inolvidable momento.
Durante la premiación hubo un instante dedicado a la trayectoria de Messi que reclamaba seriedad de los presentes. De pronto, Thiago comenzó a sonreír y a hacer muecas.
Pese que Antonella Roccuzzo, esposa de Messi, intentó calmar a su hijo para que dejara de hacer ruido, el pequeño quería seguir haciendo caras. Luego se descubre, cuando la cámara abre la toma, que Luis Suárez era el cómplice de las travesuras.
Esta no es la primera vez que Thiago termina siendo el protagonista. El mes pasado durante un reencuentro con Messi, el niño sorprendió con algunas caras que hizo mientras sus compañeros se tomaban fotografías con su famoso padre.
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