La pandemia del coronavirus obligó a transformar y, en algunos casos, a cambiar ciertas prácticas médicas de emergencia consolidadas, mientras que algunas han desaparecido casi de la noche a la mañana, según revelan galenos en Estados Unidos.
Muchos de estos procedimiento fueron descubiertos en el camino y en la práctica por los profesionales de la salud que se las ingenian para lidiar con el trabajo y las exigencias.
El respirador, la última opción
Una práctica que era rutinaria y que ahora no se emplea es que, en lugar de sedar rápidamente a las personas que tenían niveles sorprendentemente bajos de oxígeno para después ponerles respiradores mecánicos, muchos médicos ahora están manteniendo conscientes a los pacientes, les piden que se pongan de lado en la cama, que se reclinen en sillas y sigan respirando por sí mismos (con oxígeno adicional), durante el mayor tiempo posible.
La idea es evitar que estén acostados y, por lo tanto, permitir que haya más espacio para los pulmones. Algunos médicos, incluso, les piden a los pacientes que se recuesten en colchones especiales de masaje diseñados para mujeres embarazadas porque tienen espacios que alivian la carga del estómago y el pecho.
Otros están reajustando las máquinas de respiración, CPAP, normalmente utilizadas para ayudar a las personas con apnea del sueño, o han combinado válvulas y filtros. Para algunos pacientes enfermos de gravedad, un respirador quizá sea la única esperanza real.
Muchos pacientes, poco espacio
Otro cambio considerable es el de espacio físico de los hospitales y clínicas, y cada vez más vestíbulos y cafeterías se convirtieron en alas hospitalarias, debido a la cantidad de personas infectadas.
También la tecnología de telemedicina rara vez utilizada antes, ahora se disparó repentinamente, y los galenos están sosteniendo conferencias virtuales al lado de las camas de los pacientes con familiares que se encuentran en otros lugares. Los médicos están obligados, cada vez más, a separarse física y emocionalmente de los campos de batalla donde el oponente, el coronavirus, nunca hace un alto al fuego, como sí lo ha hecho el resto de la sociedad.
Pero no todas las medidas funciona bien para unos y otros pacientes, ya que en algunos casos a ciertos pacientes les funciona el estar sentados de lado, mientras que otros como los adultos mayores no responden tan bien al estar boca abajo, como sí lo hacen los más jóvenes.
Hasta ahora los profesionales de la medicina hacen su mejor esfuerzo y prueban todo tipo de "tips", que sus colegas comparten y tratan de encontrar lo que más favorezca a sus pacientes.
Con información de La Prensa Gráfica