La agencia de noticias Reuters documentó cómo la familia Ortega, a través de varios medios de comunicación, ha tomado control de la información que circula en Nicaragua, afianzando de esta manera el control autoritario del régimen sobre el país centroamericano.
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Según este reporte, esta estrategia inició hace ya diez años, cuando en 2010 la estación televisiva Canal 8 cambió de dueño. El negocio, motivado por el cáncer terminal del dueño original, se mantuvo en secreto. Sin embargo, las sospechas no tardaron en surgir, cuando el hijo del presidente Ortega tomó control de la operación.
Antes de ese cambio, Canal 8 fue conocido por su trabajo periodístico independiente. Sin embargo, desde que pasó a manos de su nuevo presidente ejecutivo, Juan Carlos Ortega Murillo, entonces de 28 años, el medio se dedicó a publicar "buenas noticias" sobre el gobierno, reporta Reuters. Los nicas intuyeron que Canal 8 había pasado a formar parte del patrimonio de los Ortega.
Los periodistas de Reuters afirman que "según documentos tributarios no revelados de principios de 2020, Canal 8 es propiedad de Yadira Leets, esposa de Rafael Ortega, otro hijo del mandatario".
Una estrategia integral
El reportaje de Reuters da cuenta de una estrategia urdida por el clan Ortega en la última década para tomar el control de "las ondas, los quioscos y las pantallas de los teléfonos inteligentes del país": el objetivo debería poner en guardia al resto de Centroamérica, pues la pareja gobernante buscaría garantizarse la cobertura positiva de su administración y la propiedad de los medios.
Las adquisiciones habrían sido financiadas, al menos en parte, con fondos provenientes del gobierno de Venezuela, aseguran los periodistas de Reuters, citando a empleados de los medios nicaragüenses y personas allegadas a las negociaciones.
"Amigos y aliados cercanos, según los documentos, poseen tres canales de televisión adicionales: Canal 4, Canal 13 y Canal 22, todos administrados por hijos de Ortega. Una cuarta estación, Canal 2, también es propiedad de un socio, según personas familiarizadas con el medio, y los Ortega manejan su área de noticias", continúa la agencia de noticias.
Adicional a ello, también controlarían Canal 6, la cadena nacional Radio Nicaragua y portales de noticias en línea como El 19 Digital, indican.
Dueños de la información
Según las fuentes entrevistadas por Reuters, que incluyeron a empleados actuales y anteriores de medios controlados por la familia, así como a docenas de funcionarios del Gobierno, personas de medios rivales y expertos legales y fiscales de Nicaragua, los Ortega usaron su poder para ahorcar a los competidores y reforzar su posición.
De esta manera, desplazaron a las voces críticas. “Canal 8 fue un espacio donde el periodismo independiente, con distintas posibilidades, fue posible”, dijo a Reuters Carlos Fernando Chamorro, un destacado periodista que abandonó la emisora por la adquisición.
“Han creado un sistema en el que el dinero sale del presupuesto nacional, pasa por sus posesiones y todo se queda en sus bolsillos”, opinó Alfonso Malespín, especialista en medios de la Universidad de Ciencias Comerciales en Managua.
A criterio de rivales de la oposición política, activistas de derechos humanos y diplomáticos de Estados Unidos y la Unión Europea, el poder de los medios de Ortega refuerza el autoritarismo en Nicaragua.
"La propaganda estatal fue fundamental para ayudar a Ortega a asegurar dos reelecciones, en 2011 y 2016, y a capear una ola de protestas antigubernamentales en 2018", explica Reuters.
El manejo informativo, indican los periodistas, sería clave en la próxima campaña electoral, que culminará con elecciones a finales de 2021. Para esa cita en las urnas, los nicaragüenses contarán con menos fuentes independientes para informarse del estado de su país, uno de los más pobres de América.
“Es lo opuesto a la realidad”, sostuvo Gioconda Belli, una novelista y poetisa que alguna vez fue cercana a Murillo. “Es totalmente orwelliano”.
Máquina de hacer dinero
La propaganda política también deja rastros que conducen al clan Ortega. Murillo ha centralizado los presupuestos publicitarios y evita pautar en medios que considera críticos.
Los orígenes de esta estrategia se remontan al movimiento liderado por el difunto Hugo Chávez por imponer "el socialismo del siglo XXI" en el hemisferio. En julio de 2007, Venezuela y Nicaragua anunciaron la creación de una empresa conjunta, Alba de Nicaragua o Albanisa, que utilizaría fondos petroleros venezolanos para pagar infraestructura y proyectos sociales en Nicaragua.
El reportaje de Reuters explica que el propio banco central de Nicaragua ha dicho que Albanisa llegó a recibir 5,000 millones de dólares pero el gobierno de Ortega nunca rindió cuentas de cómo gastó ese dinero.
Eso sí, es vox populi en Centroamérica que desde 2008, la familia de Ortega y colaboradores cercanos han levantado un imperio empresarial con activos en energía, seguridad y otros sectores, entre los que se incluye la publicidad.