Jairo Orellana, el supuesto narcotraficante que se declaró no culpable de las acusaciones que le hace Estados Unidos para ingresar cocaína a aquel país -a donde fue extraditado-, dejó en Guatemala su patrimonio en manos de su esposa, hermanos y amigos cercanos.
Orellana, alias El Pelón, no tenía ninguna propiedad a su nombre. Las 15 fincas que se presume fueron adquiridas por Orellana, tienen como dueños a seis personas, entre ellas su esposa Martha Julia Lorenzana Cordón, sus hermanos Débora Esperanza, Gerardo Antonio Orellana Morales, su hermanastro Julio Romeo Orellana y Orellana, su hombre de confianza Fernando Archila Villeda y su amigo Luis Fernando Ayala Franco, según descripción del Ministerio Público (MP) en el memorial donde solicitó la inmovilización de las propiedades como medida precautoria mientras inicia formalmente el proceso de extinción.
El Juzgado de Extinción de Dominio inmovilizó el 20 de noviembre de 2014 las 15 propiedades, pero hasta ahora el MP no ha comenzado el juicio para extinguir los derechos de los familiares y amigos de Orellana sobre los extensos terrenos.
Los familiares aseguraron en memoriales presentados a la Corte Suprema de Justicia (CSJ) que las fincas fueron adquiridas de manera legal, pero la fiscalía considera que no es así; los dos recursos presentados, que pretendían dejar sin efecto los embargos, fueron declarados sin lugar.
Su historia
Los bienes se ubican en Gualán y Usumatlán, Zacapa; Poptún, Petén, y una vivienda en el condominio San Ángel, Chinautla.
A Orellana se le llama "El Rey del Tumbe" y siempre se le ha considerado como aliado de Los Zetas.
En su último análisis, InSight Crime considera que "si bien es probable que la carrera criminal de Orellana haya llegado a su fin, todavía podría tener un impacto en el hampa, dependiendo de si está dispuesto a dar información a las autoridades estadounidenses sobre sus cómplices criminales".