En el corazón de Quetzaltenango se encuentra la Casa Villa Alicia, una de las estructuras más emblemáticas y fotografiadas de la ciudad.
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Villa Alicia fue originalmente propiedad de Don Óscar de la Riva y, en un acto que no era inusual en la época, la casa fue desarmada y trasladada desde California, Estados Unidos, para ser reconstruida en Quetzaltenango.
Este proceso de importar casas de madera desde California fue una práctica común y, en el caso de Villa Alicia, la estructura fue cuidadosamente montada en Xela, conservando su diseño original y encanto.
Además de su belleza arquitectónica, Villa Alicia es conocida por ser una estructura asísmica, sostenida sobre pilotes de madera que permiten que se mueva durante temblores sin colapsar.
Esta característica ha contribuido la mística que envuelve la casa, sumándose a las historias de fantasmas y espantos que forman parte de la tradición oral de la ciudad.
La casa ha permanecido en la familia de Don Óscar de la Riva, quienes la han mantenido en buen estado a lo largo de los años.
Sin embargo, el actual dueño no reside en ella, lo que ha alimentado aún más las leyendas de fantasmas, con muchos creyendo que la casa vacía está habitada por varios espíritus.
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En la actualidad, Villa Alicia sigue siendo un punto de interés para artistas y creadores de contenido. Uno de los ejemplos más conocidos es el del artista Tuco Cárdenas, quien grabó el video musical de su canción «Solito» en esta casa.
Esta conexión con la cultura y el arte local ha fortalecido el estatus de Villa Alicia como un ícono en el departamento.
Villa Alicia es más que una simple estructura antigua; es un testimonio de la historia y cultura de Quetzaltenango.
Su presencia en la ciudad simboliza la conexión entre el pasado y el presente, continuando como un lugar de interés tanto para los quetzaltecos como para los visitantes que buscan descubrir los misterios de Xela.
