Son las 13:30 horas del martes 7 de marzo, un día antes de la tragedia en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción. Los monitores sirven el almuerzo a las niñas cuando un grupo inicia un altercado para distraer a sus vigilantes y escapar de la que consideran su prisión.
Mientras los trabajadores intentan controlar la situación en el comedor, las adolescentes piden ayuda a los jóvenes del Hogar Seguro San Gabriel, que es el ala para varones del ya referido centro.
Todos juntos, mujeres y hombres, se dirigen hacia la puerta central y en un descuido del personal logran abrir el portón. Sin pensarlo dos veces, 108 adolescentes huyen del establecimiento en un intento desesperado por escapar del lugar donde, aseguran, recibían maltratos.
Santos Torres, director del Hogar Seguro, llama a la Policía Nacional Civil (PNC) para controlar la crisis. Las fuerzas de seguridad llegan a las 14:00 horas y realizan un operativo para devolver a todos los adolescentes al hogar.
Mientras los agentes de la PNC buscan a los menores, Torres convoca a reunión de emergencia con Carlos Rodas, secretario de Bienestar Social, y con Anahí Keller, subsecretaria de Atención a la Niñez.
Una fuerte discusión inicia a las 16:00 horas. En ella participan Rodas, Keller y Torres, así como representantes de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), de la Procuraduría General de la Nación (PGN), agentes de la PNC y el resto del personal del centro.
Cuando la sesión se realiza, los agentes de la PNC llevan a los menores frente al portón de ingreso a la espera de una orden dentro del inmueble.
Son las 17:00 cuando Torres, Rodas y Keller deciden que todos los adolescentes deben regresar al interior del Hogar Seguro.
A las 23:30, los encargados del lugar, en conjunto con los tres funcionarios, firman un acta donde detallan que no se hacen responsables de los adolescentes que escaparon.
Es más de medianoche. Ya es 8 de marzo, día de la tragedia. Rodas, en coordinación con Torres, toman la decisión de encerrarlos como castigo por intentar escapar. A los hombres los llevan hacia el auditorio y a las niñas en el área de pedagogía.
En total, 56 jóvenes son colocadas en un cuarto con dimensiones de 6.8 por 8.4 metros cuadrados. Es decir, una habitación pequeña que tiene capacidad de dormitorio para 11 personas. Son encerradas bajo llave. Torres delega a la PNC como los responsables de cuidarlas durante la noche.
No se les da agua ni comida. Tampoco se les deja asistir al sanitario. Lo único que les dan son unas cuantas colchonetas de esponja para dormir en el suelo. La puerta es de metal. Las ventanas están cerradas y reforzadas con barrotes para no escapar.
Pasan las 2 de la mañana cuando Torres y Keller se marchan. Posteriormente lo hace el personal de la PGN.
A las 2:29 llegan más efectivos de la PNC. A las 3:00, personal femenino se dirige al área de pedagogía donde están las menores.
Pasan la noche en ese pequeño cuarto y muy temprano por la mañana los empleados de la empresa que sirve los alimentos llevan desayuno. En ese momento se percatan de que las niñas improvisaron una letrina con las esponjas.
Muchas se niegan a usar el baño improvisado por lo que piden que las dejen salir. La respuesta es la misma. No se les permite dejar el cuarto hasta nueva orden. Ante dicha negativa, las adolescentes prenden fuego una colchoneta que rápidamente se incinera y provoca un incendio que se propaga con rapidez dentro del pequeño espacio. Esto pasa a las 9:01.
El humo se expande del complejo por la parte alta del área donde se encuentran las niñas.
A pesar de los gritos de ayuda y la petición de liberarlas, las autoridades no hacen caso. Minutos más tarde, deciden abrir las puertas, pero ya es demasiado tarde.
Imputación de delitos
Edwin Marroquín, de la Fiscalía de Delitos Contra la Vida del Ministerio Público (MP), detalló la crónica de cómo sucedieron los hechos previo al incendio que cobró la vida de 41 niñas y dejó 15 heridas. Esto lo hizo con el fin de demostrar el grado de responsabilidad de Santos Torres, Anahí Keller y Carlos Rodas.
Estas tres personas fueron arrestadas una semana luego de que sucediera la tragedia. Casi un mes después, se realizó la audiencia de primera declaración donde estas tres personas fueron imputadas de los delitos de homicidio culposo, maltrato a menores e incumplimiento de deberes.