Según datos registrados por el Banco de Guatemala (Banguat), en el 2016 las remesas familiares enviadas por guatemaltecos que viven en Estados Unidos aumentó un 13,5%, en relación al 2015. Fueron 5.881 millones de quetzales que recibió el país, monto que representa el 10% del Producto Interno Bruto (PIB). Los expertos lo afirman, las remesas son uno de los pilares del desarrollo socioeconómico de Guatemala.
Detrás de la frialdad de estas cifras, hay familias, esposas, padres y niños que sienten y viven las remesas cada semana, quincena o mes. Hay guatemaltecos que ven en las remesas una esperanza para salir de la pobreza, avanzar, cumplir metas, no solo financieras, sino también educativas. En fin, una posibilidad de cumplir sus sueños. ¿Qué hay detrás de las remesas? ¿Cuál es el lado humano de estas cifras que parecen solo números vacíos?
Conamigua afirma que 1.5 millones de guatemaltecos que viven en Estados Unidos representan, en muchos casos, la fuente principal de ingresos de miles de hogares en el país. Banco Azteca es uno de los principales caminos que miles de personas utilizan cada mes para recibir ese esperado dinero y mejorar su calidad de vida.
Soy502 conoció a fondo a dos mujeres y sus familias, para quienes las remesas significan la posibilidad de concretar sus sueños, a pesar del dolor y sacrificio de la distancia. Te invitamos a conocerlas.
Hace nueve años German Díaz, con sus sueños sobre la espalda, confió en un coyote para cruzar la frontera y llegar a Estados Unidos. Laura Coronado y él ya tenían tres hijos: Ever, Evelin y kevin. Corrían los días del 2007 cuando él vendió todo lo que tenía y buscó un mejor futuro "en el norte".
Aunque a Laura se le llenan los ojos de lágrimas al recordar cómo se conocieron, al revivir aquellos lejanos días cuando él se fue y sentir, en un instante, el peso de tantos años a la distancia; finalmente el brillo vuelve a sus ojos cuando se percata que sus hijos ya se han graduado y con mucho esfuerzo y sacrificio lograron forjar los cimientos de su propia casa y de un futuro mejor.
El esposo de Ana Beatriz Larios de Velásquez, Jorge Mario, se fue a los Estados Unidos hace 12 años, "porque no conseguía trabajo". Para ella y sus hijos fue un momento muy triste, pero gracias al dinero que cada semana él les envía han podido salir adelante.
Jorge pasó hambre, sed y calor en el Desierto de Arizona, hasta que llegó a Norteamérica, sano y salvo. Sin embargo, gracias al dinero que reciben Ana Beatriz y su hija Jocelyn, ésta ha terminado sus estudios y espera conseguir un buen trabajo muy pronto. La joven de 21 años recuerda que cuando su padre se fue, ella, una niña de 8 años, se enfermó de la tristeza. A pesar del sufrimiento de no tenerlo a su lado, ella y su madre están muy agradecidas con su padre:
Laura y Ana Beatriz son solo dos ejemplos de las miles de familias que ven en las remesas una luz de esperanza para salir de la pobreza, motivo por el cual son tan importantes para Guatemala. Banco Azteca conoce de cerca el sacrificio que viven sus clientes por tener un familiar lejos y el esfuerzo de quienes han decidido dejar el país. Es por ello que les invita a participar en la promoción de 4 mantelitos coleccionables con diseños llamativos que provocan el recuerdo de los seres queridos:
