La apariencia limpia del cabello no depende solo de la frecuencia con la que se lava. Los expertos Xavi García, de Salon 44, y Quique Sánchez, de Espacio Q, señalan ocho hábitos que hacen que el cuero cabelludo se ensucie más rápido.
1. Cepillar el cabello desde la raíz. García indica que, aunque es importante hacerlo a diario, el cepillado no debe hacerse desde la raíz para que la grasa que pueda haber en esta no se extienda al resto del pelo.
2. Dormir con el pelo suelto. Los dos expertos recomiendan ir a la cama con una coleta o con una trenza suelta para evitar enredos y que se ensucie.
3. Champú inadecuado. Una forma de reducir el sebo en el cabello es evitar los champús hidratantes y optar por los que tienen un PH neutro. Además, este se deberá limitar al cuero cabelludo, ya que el resto se limpia con la espuma que se desliza.
4. Aguantar “un día más” sin lavarlo. Si bien es cierto que no es conveniente lavar a diario el cabello porque se activa la glándula sebácea, al momento de verlo sucio hay que hacerlo, ya que la acumulación de grasa en la raíz impide su sana transpiración.
5. Lavar poco los peines. Los restos de productos en los peines y cepillos pueden ensuciar el cabello, por eso García recomienda lavarlos cada semana y basta con introducirlos, por 10 minutos, en un recipiente con un litro de agua, un par de gotas de alcohol y, posteriormente, desaguarlos bien.
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6. No usar acondicionador o mascarillas. La hidratación del cabello es fundamental, por lo que no es necesario evitar el uso de acondicionadores para que no luzca seboso. La clave, de acuerdo a Sánchez, está en elegir el adecuado al tipo de pelo y limitarlo para las puntas.
7. Solo usar agua fría. Es cierto que el agua fría cierra las cutículas y aumenta el brillo, pero como ocurre con la ropa, cuando está muy sucia, se debe recurrir al agua caliente. Lo ideal, según Sánchez, es optar por una temperatura media.
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8. No cambiar con frecuencia las toallas y sábanas. Para mantener el cabello limpio es importante que todo lo que esté en contacto con él también lo esté, por eso se deben cambiar con frecuencia las toallas y la ropa de cama.
* Con información de El País
