Un debate global ha surgido entre los médicos que lidian con casos de COVID-19: ¿Cuándo deben ser colocados en ventiladores los pacientes que necesiten ayuda para respirar? Y, ¿será que la intubación puede traer más problemas que beneficios para algunas personas?
Es una de las grandes preguntas médicas del momento, junto a la de cuán efectivo es realmente para la COVID-19 el medicamento para la malaria hidroxicloroquina, dijo un doctor estadounidense.
La información es poca y aún no hay estudios formales sobre el tema porque la enfermedad en sí es muy nueva.
Además es imposible saber con certeza si los pacientes a los que se les colocó respiradores habrían muerto de igual forma debido a la severidad de sus condiciones.
Pero un número creciente de doctores ha dicho que los pacientes con COVID-19 parecen desvanecerse rápidamente cuando son colocados en ventiladores o intubados.
En las últimas semanas, hospitales estadounidenses han comenzado a hacer todo lo posible para retrasar el uso de respiradores, de los que el gobierno federal ordenó unas 130 mil unidades, temiendo que escasearan.
Datos preocupantes
Las primeras señales de advertencia vinieron de Italia, donde la gran mayoría de los pacientes colocados en ventiladores artificiales murieron.
Las estadísticas también son malas en Reino Unido y en Nueva York, donde el 80% de los pacientes intubados murieron, según el gobernador del estado, frecuentemente tras pasar una o dos semanas en cuidados intensivos, donde fueron puestos en comas inducidos y sus músculos atrofiados.
Al comienzo de la pandemia, los pacientes que estaban completamente sin aliento eran tratados bajo los protocolos para una enfermedad pulmonar grave llamada Síndrome de dificultad respiratoria aguda (ARDS).
Esta patología, que evita que los pulmones tomen suficiente oxígeno para llevarlo a otros órganos, puede ser causada por una infección como la neumonía o una herida física.
Es muy peligrosa y los estudios colocan la tasa de fatalidad del síndrome alrededor del 40%.
Pero el procedimiento básico para estos pacientes es intubarlos relativamente temprano y así es como, generalmente, han sido tratados también quienes padecen la COVID-19. Hasta que los doctores comenzaron a darse cuenta de que las complicaciones pulmonares relacionadas con la COVID-19 no son exactamente las mismas que las de los "típicos" pacientes de ARDS, al menos no en todos los casos.
Los pulmones no se dañan de la misma manera y no están tan "entumecidos".
El doctor Luciano Gattinoni y sus colegas en Milán describieron a fines de febrero cómo debieron ajustar sus procedimientos.
"Todo lo que podemos hacer al ventilar a estos pacientes es 'ganar tiempo' con mínimos daños adicionales", escribió el doctor en la carta que envió a la publicación de la Sociedad Torácica Estadounidense, donde explicó por qué debería apostarse por configuraciones con menor presión de aire.
"Debemos ser pacientes", dijo.
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