La princesa de Gales anunció que ha superado la primera fase de su tratamiento, lo que ha generado indignación.
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Kate Middleton, la princesa de Gales, compartió un video este lunes 9 de septiembre en el que anunciaba con una gran sonrisa haber finalizado la primera parte de su tratamiento contra el cáncer.
Sin embargo, lejos de ser bien recibido por todos, algunos pacientes oncológicos han manifestado su descontento por la imagen que proyecta la princesa, considerándola alejada de la realidad que enfrentan quienes atraviesan el tratamiento de quimioterapia.
En el emotivo video, Middleton reflexionaba sobre su experiencia: "El viaje del cáncer es complejo, aterrador e impredecible... te enfrenta a tus propias vulnerabilidades".
Aunque sus palabras buscaban empatía, lo que más ha llamado la atención ha sido su apariencia impecable y su energía en las imágenes, donde aparece disfrutando con su familia en un entorno natural, con su melena intacta y una actitud enérgica.
Esta representación ha provocado críticas, como las de la periodista Polly Hudson, quien en un artículo señaló que "cualquiera que haya sido testigo de alguien pasando por la quimioterapia sabrá que es el polo opuesto a retozar en un prado soleado".
Hudson destacó que la quimioterapia es un proceso devastador, y afirmó que la imagen mostrada por Kate no refleja el sufrimiento real que muchas personas atraviesan.
Además, la crítica se centró en la desconexión entre la realidad de los pacientes de cáncer en el Reino Unido, quienes deben lidiar con la crisis económica, largas esperas en el sistema de salud y el uso del transporte público, y la imagen de perfección que proyecta Middleton.
Hudson también comparó a la princesa con "una princesa Disney", indicando que el video presenta una versión idealizada y alejada de las dificultades reales de la enfermedad.
A pesar de estas críticas, Hudson expresó su alegría por la recuperación parcial de Middleton, pero advirtió que la representación irreal de la quimioterapia en el video puede hacer que quienes padecen la enfermedad se sientan "extremadamente solos e invisibles".
La polémica ha generado debate sobre la responsabilidad de las figuras públicas al compartir sus experiencias personales con enfermedades graves.
