Fue uno de los mejores jugadores en cancha para el Real Madrid y también uno de los más afectados tras el pitazo final. Sergio Reguilón sufrió de manera muy propia la derrota 0-3 que sufrió su equipo ante el Barcelona, en la semifinal de vuelta de la Copa del Rey.
Cuando el árbitro sentenció el final del juego, el canterano blanco no pudo contener las lágrimas mientras se dirigía a los camerinos. Su compañero Lucas Vásquez acudió a consolarlo.
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Era su primer clásico y ocupaba el puesto de lateral, que en la última época había sido del brasileño Marcelo, una institución en el equipo.
Reguilón fue un dolor de cabeza para la defensa blaugrana y, hasta pudo anotar, pero su cabezazo fue tapado de forma magistral por Ter Stegen.
Horas después, el joven jugador explicó las lágrimas en sus redes sociales.
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