Guatemala es uno de los seis países latinoamericanos con mayor mortalidad de infantes al nacer, es decir, dentro de las primeras 24 horas de vida o a lo sumo con 28 días de vida. Así lo señala un informe de la la organización Save the Children, que en este caso estima esencial el papel que pueden jugar las comadronas para reducir las alarmantes cifras.
La entidad estima que un millón de bebés muere cada año antes de cumplir 24 horas de haber nacido. Si bien la mortalidad infantil antes de los cinco años se ha reducido a la mitad desde 1990 (6,6 millones por 12,6 millones), la ONG lamenta la "poca atención que se presta a la lucha contra los riesgos mortales que afrontan los neonatos cuando son más vulnerables: en el nacimiento y el primer mes de su vida".
Seis países latinoamericanos figuran en el estudio, entre ellos Guatemala. Haití es donde un recién nacido corre más riesgo de morir, seguido por Bolivia, en tercera posición Guatemala, le siguen Brasil, Perú y México.
Estas muertes se debieron sobre todo a los nacimientos prematuros, a las complicaciones en el parto y a las infecciones, según la ONG, que estima que cerca de la mitad podía haberse evitado si cada madre y recién nacido hubieran tenido acceso a atención cualificada.
"Esta deplorable situación es inaceptable", sentencia la organización, notando que "en muchos casos, unas intervenciones menores pero cruciales pueden salvar vidas en peligro".