El estudio demográfico predice que las familias en América Latina tendrán una disminución del 67% en el tamaño total de la familia.
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En 1950, una mujer de 65 años podría tener 41 parientes vivos, para el 2095, una mujer de la misma edad podría llegar a tener solo 25. En consecuencia, las familias se están haciendo más pequeñas y verticales, según un reciente estudio publicado en la revista científica PNAS y liderado por el guatemalteco Diego Alburez.
El investigador actualmente trabaja en el Max Planck Institute para investigación demográfica, en Alemania, liderando el equipo de Desigualdad de Parentesco. Su trabajo fue resaltado por el reconocido medio español "El País", que escribió un artículo sobre su investigación.
Este proyecto se enfocaba en la necesidad de investigador sobre las redes de parentesco incluyendo bisabuelos, abuelos, padres, hermanos, hijos, primos y nietos.
Alburez platicó con Soy502 y explicó que el proyecto comenzó con la recopilación de información desde 1950 hasta la fecha. Teniendo esto en cuenta, el equipo decidió hacer una proyección de lo qué pasaría desde el 2024 hasta el 2100.
Se esperan cuatro tendencias significativas: disminuciones en la mortalidad a edades muy jóvenes y muy avanzadas, además de fertilidad más baja y tardía.
En otras palabras, las personas dejarán de tener la misma cantidad de hijos, llegando a tener solo uno, o incluso ninguno. Además, la brecha de edad entre generación de una familia se irá haciendo cada vez mayor. Por último, la población mayor irá aumentando, creando una necesidad en los servicios estatales de bienestar.
Para Guatemala, una mujer de 65 años en 1950 tenía cerca de 58 parientes vivos. Para el 2095, una mujer de la misma edad podría tener apenas 23 parientes, contando tíos, hijos, primos, abuelos, bisabuelos, padres y hermanos.
Los resultados del estudio indican que las redes de parentesco están disminuyendo a nivel global, aunque hay diferencias regionales y lo que se proyecta.
Específicamente, las regiones que tendrán disminuciones mayores serían las de América Latina y el Caribe, cerca del 67%, pasando de 56 parientes vivos a 18 para la década de 2100. En cambio, en Europa y América del Norte, la reducción es de 25 parientes a 16, esto solo representaría una disminución del 37%.
Además, las familias podrían volverse más verticales, pues habría un aumento marcado en el número de abuelos y bisabuelos vivos, pero una disminución en el número de primos, sobrinos y nietos.
Esto es significativo, porque según Alburez, la parentela lateral, es decir familiares de una misma generación, suelen crear redes extendidas más allá de la familia nuclear y crear nexos importantes.
Recapitulando, habría una brecha cada vez mayor entre los individuos de la familia, por la fecundidad baja y tardía coincidiendo con una mayor esperanza de vida. Es importante resaltar que a medida que vas envejeciendo, tus familiares te van apoyando. Sin estos apoyos, hay una mayor presión en los sistemas de seguridad social del Estado.
Alburez destaca que es necesario hacer inversiones para el bienestar. "Me parece que es algo que falta un poco en la conversación, y no solo en Guatemala, en muchos lugares. Porque es una inversión a largo plazo, ahora no se ven los resultados, pero sí debe trabajarse en fortalecer estos mecanismos. Si no se hace, todo se complicará en un par de décadas", finalizó.