Hace un siglo la humanidad también se enfrentó a una terrible pandemia, la de 1918, conocida como "Gripe Española".
Duró hasta 1920 y mató a 100 millones de personas, 10 veces más que la Primera Guerra Mundial, que ocurría en ese momento.
Fue llamada así porque los medios españoles fueron los únicos que le dieron atención en la época ya que no estaban sometidos a la fuerte censura de los territorios que participaban en la guerra.
Hay cuatro países en los que pudo haber iniciado el virus según los estudios: En Estados Unidos, Francia, China o Vietnam en 1916.
Los gobiernos y sociedades de la época cometieron errores que desgraciadamente se han repetido en la actual crisis sanitaria por COVID-19.
Según Cédric Cotter, investigador para el Comité Internacional de la Cruz Roja, hay factores que se repiten y deben ser tomados en cuenta ante la actual crisis:
1. El nombre de la enfermedad, vehículo del nacionalismo
El presidente estadounidense Donald Trump intentó popularizar el término “virus chino” para referirse al COVID-19. En 1918 se llegó a apodar a la epidemia con términos como “enfermedad bolchevique“, “virus francés” o “plaga alemana y triunfó el apodo de “gripe española“, penalizando precisamente a uno de los países que mostró más transparencia hacia la epidemia, por su condición neutral en la Primera Guerra Mundial.
Cotter explicó que la enfermedad no se originó en España, pero su prensa era la única que podía informar de ella, otros países no reportaron sus casos a causa de la censura.
2. Rumores y censura
Tanto en 1918 como con el coronavirus en 2020, hubo similitud en la ola de rumores falsos y esfuerzos, a veces excesivos, de las autoridades por controlar el flujo de información relativa a la salud pública.
Cotter, afirma que las ‘fake news‘ son tan viejas como la humanidad y cuenta que en 1918 circulaban entre las potencias aliadas (Francia, Reino Unido, Rusia, EEUU) ideas de que los alemanes habían desarrollado la enfermedad como arma biológica. En tierras germanas "se decía que el virus era una invención del gobierno, y que los muertos no eran por gripe sino por desnutrición”.
Los rumores de hoy, multiplicados por el poder de las redes sociales, se intentaron detener con la censura, un método que según Cotter no es el mejor porque "la gente intentará buscar información donde sea”.
Él explica que es importante que las autoridades sean transparentes al explicar por qué toman medidas, para que la gente las siga y no intente buscar respuesta en otras fuentes de información.
3. El debate de las medidas de prevención
El historiador ve otras similitudes entre las dos epidemias que cuentan con un siglo de diferencia, como las protestas ciudadanas que entonces y ahora se produjeron en Estados Unidos contra las medidas de prevención.
En el EE.UU. de 1918 dijo que algunos alegaron por el uso obligatorio de mascarillas ya que iba contra la constitución y sus libertades personales así que manifestaron.
La gripe española atacó en tres oleadas: una en primavera de 1918, otra más mortal en otoño de ese año y una en la primavera de 1919. Esto sirve para recordar al mundo actual que tendrá que seguir alerta tras el retiro del covid-19.
En esa época también hubo cierre de comercios, escuelas e iglesias y se observó que en las ciudades que detuvieron sus medidas demasiado pronto, hubo nuevas oleadas de gripe, según la explicación de Cédric.
La pandemia de 1918 afectó a personalidades como el rey español Alfonso XIII, el presidente estadounidense Woodrow Wilson o el káiser alemán Guillermo II y proliferó en un mundo ya devastado por la guerra.
Cotter advirtió que el coronavirus puede causar estragos en países que, como la Europa de 1918, ya estén destrozados por la guerra, como Yemen o Siria.
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