El riesgo de padecer estrés y ansiedad ya es medible gracias a la ciencia y sus estudios especializados.
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Se sabe que el estrés y la ansiedad son un detonante de diversos factores de salud física y mental en las personas, de acuerdo con su ritmo de vida.
Sin embargo, actualmente ya es posible determinar si existen tendencias genéticas que demuestran si una persona está más propensa a sufrir estos padecimientos.
Se trata de la genómica social. Expertos aseguran que gracias a la tecnología y el abaratamiento de la secuenciación de ADN es posible ahora estudiar este campo científico.. Sin embargo, también tiene sus riesgos si no se aplica correctamente.
Para llegar a saber qué tan propenso se es al estrés, ansiedad y otro tipo de enfermedad o característica social, se incurre al "estudio de asociación del genoma completo" (GWAS por sus siglas en inglés).
Mediante este se buscan correlaciones entre variaciones naturales y características visibles, conocidas como fenotipo. De ahí que se logre detectar alguna enfermedad o rasgo social o de comportamiento, de acuerdo con Daniel Benjamin, profesor de Economía del Comportamiento y Genoeconomía de Los Ángeles.
En los últimos dos años, las empresas han comenzado a utilizar este tipo de pruebas GWAS para calcular puntuaciones de riesgo poligenético para rasgos sociales o psicológicos. Esta se logra a partir de una muestra de saliva.
En la Universidad de Valencia fue creado un análisis genético de 54 características de la psicología humano para descubrir la sensibilidad al estrés o ansiedad de una persona.
""Entre estas características, el usuario puede conocer su sensibilidad al estrés o la ansiedad, su predisposición a ser una persona introvertida o extrovertida y otros rasgos que hacen de cada uno de nosotros una persona única", asegura Autor García, CEO de Mendel Brain, empresa de los tests de ADN.
Para los expertos es fundamental que se imparta educación genética, pues de ahí parte lo que hace a cada persona única en el mundo.
No obstante, también hay quienes exponen que los estudios genéticos que ahora son posibles son una fuente de racismo, ya que las personas o empresas podrían alterar los resultados para perjudicar al evaluado.
