La mañana comenzó más gris de lo normal en las faldas del volcán de Fuego, horas después de que la erupción del coloso arrasara todo lo que encontraba a su paso.
La ceniza y arena que se acumuló en las hojas y la carretera cercana al camino que siguió el flujo piroclástico (nubes ardientes que descendieron por el volcán a 700 grados de la temperatura) presentó una estampa como tomada en blanco y negro.
- ASÍ SE INTERRUMPIERON LAS LABORES:
Los trabajos iniciaron sobre las cinco de la mañana, y no fue hasta alrededor de las ocho de la mañana cuando rescataron a la primera y única mujer que salió con vida de entre los escombros del día.
Las diferentes brigadas continuaron sacando los restos sin vida de los vecinos de El Rodeo bajo la atenta mirada de lo que pasaba en el volcán. Incluso en dos ocasiones saltó la alarma de evacuación por peligro de nuevos deslizamientos ardientes.
El apoyo altruista de vecinos, grupos voluntarios y empresa privada ayudó a que los rescatistas no perdieran las fuerzas para continuar con la que será la primera de varias jornadas difíciles.
Complicadas labores de rescate
Aunque todavía es una estimación, se calcula que decenas de personas continúan soterradas bajo la lengua del flujo piroclástico y, por el momento, los cuerpos de rescate no pueden avanzar.
En la aldea El Rodeo, los socorristas lograron acceder hasta el área donde quedan en pie las últimas casas caminando por los tejados.
Durante su descanso, tras volver de la zona cero, algunos relataron que la lengua puede medir por encima de 5 metros y va a tardar días, incluso semanas en enfriar.
Eso les complicó el avance ya que el suelo continúa inestable e incandescente. Hasta el punto que muchos de ellos llegaron con las suelas de sus botas casi desechas.
El peligro de la lluvia
Al momento en que comenzaron a caer las primeras gotas de lluvia terminaron las labores de rescate.
- EL TRABAJO DEL CONGRESO ESTE LUNES:
Los expertos explicaron que la lluvia provocaría la salida de vapores de alta temperatura que podrían quemar a los rescatistas que se encuentren en la zona.
Además, ayudaría a que la lengua del flujo piroclástico se siguiera desplazando como un río de lodo que a su paso arrastra piedras y árboles.