Raúl necesitaba dinero urgente y estaba seguro que un préstamo era la solución. Sin embargo, la forma en que realizó su idea fue la menos recomendable. Sabía que en el negocio de su tía llegaba una señora mayor que prestaba dinero y que luego debía pagarse en pequeñas cuotas diarias.
Este fue el error: Raúl pidió prestados 3 mil quetzales, la señora con un rostro amable se los entregó casi de inmediato y sin pedir muchos documentos. Sin embargo, la facilidad con la que obtuvo el dinero le costó muy caro. Terminó pagando más de 5 mil quetzales por los altos intereses.
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A pesar de este tipo de historias, un préstamo, sobre todo para invertir en un negocio, una casa o un automóvil no es una mala idea. Únicamente se debe analizar de manera correcta las posibilidades y escoger la mejor opción, aunque no es del todo fácil.
Por ejemplo, la estabilidad laboral y la condición socioeconómica actual son dos de los factores clave para que muchas personas, principalmente entre la población más joven, se queden sin recibir un préstamo bancario que tiene reglas más claras y es más seguro.
Pese a que el mercado financiero ofrece un abanico más amplio de posibilidades, la accesibilidad es limitada a causa de los numerosos requisitos que los bancos solicitan.
Claudia García, analista económica de Asies, reconoció que existen más opciones de financiamiento que hace unos años pero criticó la falta de una capacitación para que la población sepa aprovechar el crédito.
"Hay que saber cómo el usuario puede aprovechar el préstamo y no al revés, que el préstamo se aproveche del cliente y termine con un sobreendeudamiento", comentó.
García añadió que una de las principales exigencias de los bancos que limitan el acceso a un crédito favorable es la falta de un trabajo permanente. Y eso pone trabas sobretodo teniendo en cuenta que tan sólo el 20% de los jóvenes graduados encuentran un trabajo digno y las cifras de empleo informal aumentan hasta el 69% del mercado.
Pero para quienes tienen trabajo y aplican para un préstamo, una de las principales recomendaciones de los expertos es analizar bien todos los aspectos. La famosa frase de "leer las letras chiquitas" se aplica literalmente en este caso. Se debe analizar cuántas cuotas, la tasa de interés y, sobre todo, cuánto se pagará al cancelar la totalidad del préstamo.
Aparte de los bancos, el mercado financiero presenta otras alternativas con líneas de crédito más flexibles que las del sector bancario.
Según la investigadora del CIEN, Veronica Spross, como otras opciones para conseguir dinero aparecen las organizaciones de microcréditos y entidades cooperativas. Las recomendaciones en estos casos son las mismas. Se debe analizar la tasa de interés y las cuotas a pagar. También, es importante verificar si no hay cobros extras que puedan elevar la suma de la deuda.
Además de la compra de una vivienda o un vehículo, los guatemaltecos también solicitan créditos para iniciar un negocio. Esta situación es aún más complicada porque el emprendedor tiene que demostrarle al banco que su inversión será rentable para que decida apostar por el proyecto.
Sin embargo, Spross destaca que lo más importante es que el proyecto tenga un buen análisis financiero para poder devolver el préstamo lo antes posible. "No es un aspecto negativo solicitar un crédito, es una buena forma de hacer crecer un negocio", comentó.
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Otra opción es acudir a empresas que prestan dinero de forma rápida pero con un alto costo.
En estos casos, la tasa de interés que se paga es muy elevada, lo que Claudia García denominó "prácticas de usurero".
Como consejo, las expertas recomendaron que en todo caso es importante revisar bien las condiciones en las que se va a devolver el dinero que se recibe.
"Lo ideal es elegir la mejor opción en función de nuestra capacidad de retorno del dinero", aconsejó Spross.