Cuando el partido estaba por expirar en el tiempo añadido, el juvenil del club culé tuvo la más clara oportunidad para lograr el empate.
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El joven Ilaix Moriba, que entró en el segundo tiempo para el Barcelona, casi se convierte en el salvador del cuadro catalán en la última jugada de peligro del Clásico de este sábado, que ganó el Real Madrid, por 2-1.
Cuando el partido estaba por expirar en el tiempo añadido, el juvenil tuvo la más clara oportunidad para lograr la paridad.
El reloj marcaba el minuto 93:50, Moriba bajó con el pecho un cabezazo de Lenglet y luego disparó con potencia hacia la portería, sin que Courtois pudiera hacer algo para detenerlo.
Pero, caprichosamente la pelota se fue hacia el poste y ahogó el grito de gol del Barcelona. Su anotación habría significado una catástrofe para los Merengues.
A pesar de la derrota, Moriba dejó una imagen positiva en medio de la tristeza de los aficionados catalanes.