Ser la primera persona en abrazar a su hijo es el sueño de todas las madres que esperan con ansias la llegada de ese nuevo ser, pero en tiempos del coronavirus se ha convertido en un privilegio.
Yanira Soriano tuvo que esperar varios días para encontrarse con su recién nacido, pues ella estaba contagiada con el conoravirus.
La historia tuvo lugar en un hospital de Bay Side, a pocos kilómetros de Nueva York, epicentro de la pandemia en Estados Unidos.
Yanira fue intubada durante 11 días en una unidad de cuidados intensivos antes de recuperarse "milagrosamente" para recibir a su cuarto hijo, dijo su médico a la AFP.
"Realmente no sabíamos si ella iba a sobrevivir en absoluto", dijo Benjamin Schwartz, jefe de obstetricia y ginecología del Hospital Southside en Bay Shore. "La mayoría de los pacientes con ventilador no sobreviven".
Pero finalmente dio vuelta en una esquina y fue dada de alta del hospital en silla de ruedas por el aplauso de docenas de trabajadores de la salud el miércoles. Su esposo, que llevaba una máscara como todos los demás, le entregó gentilmente a su bebé, Walter.
Soriano tenía ocho meses de embarazo cuando se infectó, casi al mismo tiempo que su esposo, quien tuvo un caso menos grave y pudo quedarse en casa.
La mujer fue hospitalizada y se le administró oxígeno, pero su condición se deterioró rápidamente.
Los médicos temían que la falta de oxígeno pudiera poner al bebé en peligro, pero también que la presión de su gran barriga podría impedir que sus pulmones funcionen bien.
Solo tuvieron tiempo de decirle que querían realizar una cesárea de emergencia antes de que la pusieran en coma artificial, con Soriano instándolos a hacer lo que sea necesario para salvar a su bebé.
"La madre sabía que eso estaba sucediendo, pero luego se puso muy mal justo antes de que se realizara la operación y terminó en un ventilador, y no estaba despierta para el nacimiento de su niño", dijo Schwartz.
El bebé, que nació prematuro, está bien. Fue trasladado a un hospital infantil en Nueva York, donde su padre lo recogió el martes.
En algunos casos raros, los bebés nacidos de madres con COVID-19 dieron positivo por sí mismos cuando fueron revisados poco después del nacimiento, pero este no fue el caso del pequeño Walter, cuya prueba salió limpia.
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