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Así torturaba y ejecutaba el Chapo Guzmán a sus enemigos

  • Por AFP
24 de enero de 2019, 17:41
La manera macabra en que ejecutaba a sus enemigos fue revelada en su juicio. (Foto: AFP)

La manera macabra en que ejecutaba a sus enemigos fue revelada en su juicio. (Foto: AFP)

El relato del último testigo cooperante del gobierno estadounidense en el juicio del Chapo Guzmán este jueves fue el más gráfico de todos, y el único que da cuenta de asesinatos cometidos por el propio capo mexicano, con macabro lujo de detalles.

Aunque Joaquín "Chapo" Guzmán, de 61 años, no es juzgado por homicidio en una corte de Nueva York, sino por el tráfico de más de 155 toneladas de drogas a Estados Unidos, la fiscalía busca presentarlo ante el jurado como un hombre ultraviolento y despiadado, capaz de todo para proteger su negocio.

Isaías Valdez Ríos, alias "Memín" o "Memo", que empezó a trabajar como uno de los sicarios del Chapo en las sierras de Sinaloa en 2004, contó en la corte que vio a su patrón matar a un integrante del cartel rival de los Arellano Félix.

Enterrado vivo 

La víctima llegó hasta el campamento del Chapo con abundantes señales de tortura en el avión de Ismael "Mayo" Zambada, colíder del cartel de Sinaloa, dijo Memín.

"Venía quemado con una plancha en toda la espalda, la playera que traía estaba pegada a la piel, traía marcas de encendedor de carro en todo el cuerpo, los pies también quemados", contó el testigo, de 39 años.

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El Chapo se enojó porque se lo enviaban en mal estado, y lo dejó durante días encerrado en una suerte de gallinero, amarrado de pies y manos y con los ojos vendados. Al final, "ya apestaba (....) Estaba podrido", dijo el testigo.

Finalmente, tras dos interrogatorios, el Chapo le disparó con su pistola .25, despidiéndose con la frase: "¡A chingar a tu madre!".

Aunque el hombre seguía respirando, "así lo echamos al hoyo y lo enterramos", contó Memín.

El estremecedor testimonio fue escuchado en silencio por los 12 miembros del jurado, que deberán decidir la suerte del Chapo. Si es hallado culpable, puede ser condenado a cadena perpetua.

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Tras un tiempo como sicario, Memín empezó a trabajar para el Chapo como su secretario, y luego fue su hombre en Honduras, encargado de la compra de un terreno para construir allí una pista de aterrizaje clandestina.

Fue luego jefe de seguridad de sus hijos Iván y Alfredo y finalmente piloto del cartel, transportando cientos de kilos de cocaína y base de coca desde Colombia a México.

Zetas en Sinaloa 

Memín contó también que vio al Chapo torturar y ejecutar a dos integrantes del cartel rival de los Zetas oriundos de Sinaloa.

Primero, contó, el Chapo pidió a sus sicarios que los llevaran a una enramada y los "calentaran", golpéandolos para sacarles información. Luego llegó él, pidió un tronco grueso "y los empezó a torturar".

"Las personas estaban completamente sueltas, los huesos todos quebrados, no se podían mover. Y el señor Joaquín les seguía golpeando con el tronco y con el arma también", un rifle camuflado AR15 o un M16, relató.

El Chapo les decía 'hijos de su pinche madre, ¿cómo es posible que (siendo de Sinaloa) trabajen con esa gente y nos estén traicionando'?", agregó.

Luego el capo y su jefe de sicarios, el Bravo, montaron a unas cuatrimotos y cargaron en las parrillas a los enemigos. Los condujeron hasta frente a una hoguera que habían ordenado encender.
"Tenían una cara de asustados esa gente...", dijo Memín.

El Chapo "le puso el rifle en la cabeza a uno, le disparó y le dijo: '¡A chingar a su madre!'. Hizo lo mismo con el otro", dijo Memín.

Los tiraron a la hoguera. "Que no queden ni los huesos", dijo el Chapo, según su pistolero Memín, que antes de comenzar a trabajar para el capo fue miembro de las fuerzas especiales del ejército durante siete años.

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