Finalmente tenemos una fecha para ir a Marte. El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y el Congreso de ese país aprobaron la misión a la NASA que tiene como objetivo colocar seres humanos en la superficie marciana en el año 2033. La fecha está puesta y ahora la NASA tiene que cumplir con ella. Ni lenta ni perezosa, la agencia espacial ya presentó un plan detallado para llegar al planeta rojo en ese año, el cual me gustaría compartir con ustedes.
El proyecto se divide en cinco fases. La Fase 0 es la primera, es en la que estamos ahora, ambientándose en la estación espacial, haciendo experimentos en ella, generando oportunidades para que más empresas privadas decidan invertir en la construcción y tecnología espacial. Ya hay algunas que se han ofrecido a brindar diferentes servicios como Space X, Tesla Motors, Ad Astra Rocket Company, Armadillo Aerospace, Virgin Galactic y otras.
Esta es la fase más larga, durará siete años. En ella se probará el lanzamiento de un nuevo cohete, denominado SLS (Space Launch System), el cual será más poderoso que cualquiera que se haya usado hasta ahora. Se comenzó a probar en las instalaciones que la NASA tiene en Utah y las pruebas han sido muy impresionantes.
La NASA tiene contemplado que se fabriquen seis cohetes. La misión de estos cohetes será entregar componentes del Deep Space Gateway (DSG), una nueva estación espacial que se construirá cerca de la Luna para servir a los astronautas en el camino a Marte.
Para lograrlo, se reactivarán los viajes a la Luna, con el objeto de iniciar la fabricación de la estación espacial, la cual generará un gran movimiento de personas en la luna, y el establecimiento de bases espaciales allí.
Es una fase corta, de apenas 2 años. Se lanzará el cohete de transporte espacial profundo, Deep Space Transport (DST) hacia la estación espacial en órbita lunar y se enviará a varios equipos de astronautas que simularán el viaje a Marte viviendo más de 400 días dentro de esa nave. Se espera que, si todo sale bien, las pruebas se terminen en 2029.
Consistirá en abastecer el Deep Space Transport con suministros y equipo que se necesitarán en Marte, lo cual conllevará probablemente varios lanzamientos del cohete SLS. El cohete SLS servirá para viajes y transporte de cosas entre la Tierra y la Luna, y la verdadera nave para ir a Marte se fabricará en la Luna y se llamará Deep Space Tube.
Un astronauta que haya sido elegido para ir a Marte pasará entre 9 y 10 años en la Luna primero, con lo que se espera que se habitúe a trabajar en el espacio o en campamentos que tengan luz artificial, agua reciclada, oxígeno y otros elementos. La NASA no ha dicho nada de cómo combatirá el aburrimiento, o cómo hará para garantizar un entretenimiento normal a los astronautas, o si se permitirá ir a parejas.
Será la más dura: la despedida del puerto espacial hacia lo desconocido. El viaje en sí mismo, la aventura real, salir al espacio profundo en un viaje no menor de 95 millones de kilómetros, donde podrán encontrar peligros conocidos como meteoros, radiación, pero también peligros desconocidos, ya que el hombre nunca se ha aventurado a ir tan lejos. Luego de cinco o seis meses, estarán arribando a órbita marciana, donde descenderán con una nueva tecnología.
Finalmente llegará el día. En 2033 o poco después, cuando el hombre descienda en el planeta rojo, y al salir vea un paisaje diferente, un cielo rosado, rojizo, un panorama desierto y desolado, ningún movimiento de nada, quizá solo el viento y el polvo. Ahí nacerá el homo planetarius, la civilización que vivirá en más de un planeta y llevará a la humanidad a su siguiente etapa.
Más de Edgar Castro Bathen:
Las opiniones expresadas en las columnas son del autor, no de Soy502