Uno de los telescopios más impresionantes que he visto es el Celestron 14, llamado simplemente C14 por los astrónomos aficionados. Este telescopio es grande, tiene 14 pulgadas de diámetro en su espejo recolector de luz y a mí me parece que es un instrumento que está en el límite entre los aficionados y los profesionales.
He tenido oportunidad de observar algunos objetos celestes a través de él y la vista es excelente. Por ejemplo, el planeta Júpiter. Uno no sólo puede divisar claramente el disco del planeta, sino, dependiendo del ocular que use, puede ver los detalles de las capas de nubes que lo envuelven. Además, puede observarse la gran mancha roja y ver su movimiento en el transcurso de una noche, ya que el planeta gira en 9 horas y fracción.
Una de las observaciones más bonitas que se pueden hacer es ver los satélites galileanos esconderse atrás del planeta, o salir del disco. Eso es común en una noche cualquiera, pero lo que no es común es ver la proyección de las sombras de los satélites sobre el planeta. Esa es una observación que vale el precio que sea. En otras palabras, se puede observar un eclipse total de un satélite sobre una región del planeta Júpiter y la proyección de la umbra sobre las capas gaseosas.
La visión de Saturno si es tema de otro mundo. El detalle que se mira en las capas de su atmósfera es comparable al detalle que se mira en sus anillos. Aquí la pregunta no es si los anillos se miran o no. La pregunta es cómo se miran las separaciones de sus anillos, conocidas como la división de Encke y de Cassini. Lo interesante es que existe un vacío de materia entre los anillos.
Si apuntamos este telescopio a un objeto de cielo profundo, el instrumento es capaz de rendir magníficas imágenes de galaxias lejanas como El Sombrero, a 29 millones de años luz, la M51 Whirlpool a 23 millones de años luz y otras bellezas del cielo.
Uno de los usuarios expertos de un C14, Ed Moreno, apunto lo siguiente. “Es muy raro que se publique una mala crítica del C14, sobre todo si le pone una montura Celestron CGE. Lo que sí se debe considerara es su peso, porque es bastante pesado. Ahora respecto a la óptica, es tan buena que uno tiene que revisitar de nuevo varios lugares que creía conocer para verlos como si fuera la primera vez. La Gran Nebulosa de Orión, por ejemplo, es absolutamente increíble en este telescopio. La Nebulosa de Orión se ve con una riqueza de detalles, y muestra aún más textura que con otros telescopios. Las estrellitas que forman el Trapecio se ven fulgurantes y se ven seis no cuatro. Incluso en noches de visión media, siempre aparecen separadas de sus primarias”
Si objetos tan distantes se ven bien, la Luna es casi irreal en un C14. Es tan detallada que podría estudiársela toda la vida y no agotar la cantidad de detalles disponibles. La nitidez y el brillo se ven de forma excepcional, incluso en aumentos extremos.
Dice un usuario de un C-14: “Uno siente que los dioses del Olimpo lo van a castigar por atreverse a ver tan de cerca sus terrenos, pero en otras palabras, vale la pena el esfuerzo”.
Si usted lo adquiere, está hecho. Constrúyale su observatorio, es un telescopio para toda la vida.