Un violento episodio se vivió durante la disputa del partido entre Manlleu y San Cugat por el torneo de la Primera catalana en España. El portero local marcó un gol agónico para el empate de su equipo en el último minuto, pero la acción fue anulada y el jugador reaccionó con violencia hacia el árbitro.
San Cugat vencía por 1-0 y se llevaba los tres puntos a su casa. Ya sobre el final, el conjunto local contó con un tiro libre a favor y su meta, Iván González, fue en busca de la pelota al área rival.
Tras una serie de cabezazos en el área, el portero conectó el balón y lo mandó al fondo de la red. Así marcó el gol que suponía el 1-1. Inmediatamente, salió a festejar con euforia junto con el resto de sus compañeros cerca del banderín del córner.
Una vez terminada la celebración, González advirtió que el árbitro había invalidado su conquista por una supuesta mano. Se tiró al piso evidenciando todo su enojo y, al levantarse, le pegó una terrible patada al juez desde atrás. El colegiado cayó con evidentes muestras de dolor y debió ser asistido por los futbolistas del San Cugat, mientras el arquero de alejaba de la escena.
Finalmente, el encuentro terminó con victoria por 1-0 para la visita y desde Manlleu han difundido una declaración en la que advierten que "tomaran las medidas necesarias" respecto de su jugador luego del violento hecho que protagonizó.