Temor, falta de información, discriminación y angustia, son algunas de las experiencias que vivió la familia Navichoque Méndez, luego de que el padre de familia Mike Alexander Navichoque Rosales diera positivo para Covid-19.
Mike, de 45 años, se contagió mientras se recuperaba de una adicción. Al volver a casa pasó, por lo menos, ocho días de angustia, ya que empezaban los síntomas y no sabían realmente qué estaba sucediendo.
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Elízabeth Méndez, esposa de Mike, contó que su pareja empezó con síntomas de gripe, por lo que consultaron con su doctora, quien les explicó que se trataba de una neumonía. Le recetó medicamentos que consumió durante ocho días.
Los síntomas bajaron, pero al llegar al día nueve volvió a recaer y empezó con dificultades para respirar. Volvieron con la doctora quien le pidió hacerse una radiografía. Los resultados los alertaron: “Posible Covid-19”. La llamaron de inmediato y ella los recomendó llevarlo al hospital temporal del Parque de la Industria.
La odisea hacia el hospital
Sin embargo, por recomendaciones de una familiar optaron por llevarlo al Hospital de Especialidades de Villa Nueva. Ella no conocía el camino, mientras que Mike estaba muy grave como para ayudarla. Ni siquiera la tecnología le ayudó, pues los mapas no reconocieron el camino.
Al llegar a la entrada de Villa Nueva notaron que había un "tráfico infernal", por lo que Elizabeth decidió dar la vuelta y dirigirse hacia el Parque de la Industria. Por temor a quedarse ella internada, dejó a su esposo a media cuadra de la puerta del centro asistencial, le entregó las radiografías y en menos de 2 minutos regresó para verificar que había sido internado.
Luego de ello, fue a comprar víveres y les anunció a su hijas que su papá sería hospitalizado y que ellas se pondrían en cuarentena preventiva voluntaria. Nadie le dijo, era lo que ella había escuchado. Las lágrimas no tardaron. La familia estaba asustada.
Pasaron varios días y no sabían nada de Mike. Al principio Elizabeth trató de contactar al hospital, pero nadie le respondió. Fue hasta el cuarto día cuando recibió la llamada de un médico quien le tenía noticias de su esposo: “Está en el intensivo, pero se encuentra bien”.
Hospitalizado
Mike llegó al hospital temporal del Parque de la Industria el 25 de mayo. “Pensé que me dirían que no era Covid y que a las pocas horas ya estaría de regreso en mi casa, pero terminé en ese lugar más de tres semanas”, comentó.
Los primeros días fueron los más difíciles. La angustia y la falta de comunicación con su familia, especialmente con sus hijas, hizo que tuviera el deseo de escaparse del hospital. Sin embargo, un médico y su esposa lo hicieron recapacitar.
“Si te vas de aquí vas a ir a parar preso”, le dijo el médico. Mientras que su esposa le advirtió que si lo veía frente a su casa, llamaría a la policía para que fueran a traerlo, pues él debía regresar sano por el bien de sus hijas.
“Perdí la noción”
De acuerdo con Mike, los primeros dos días que estuvo en el Parque de la Industria perdió la "noción". Le servían comida y medicamentos, pero no reaccionaba. “Sabía que tenía que comer, pero no sabía cómo. No sé qué me pasó”, comentó aún con asombro.
Según el sobreviviente, fue hasta el tercer día de hospitalización cuando reaccionó y los otros internados le comentaron que estaban preocupados porque trató de escalar una de las divisiones de tabla yeso y hasta intentó morder a un médico. “Yo no me recuerdo”, expresó.
También le salieron dos llagas en los talones de los pies. Le explicaron que había sido por el calor de los colchones. “Sentía que me estaban clavando clavos en los pies”, describió.
Lo más angustiante para Mike era no poder respirar. Pasó 16 días con oxígeno, de los 24 que estuvo internado en el Parque de la Industria. “Sentía que no se llenaban mis pulmones, si trataba de respirar fuerte me daba tos. Hacía una respiración rápida y me sofocaba”, comentó.
Desde que llegó al hospital le pusieron oxígeno y, a pesar lo complicado que estuvo su salud, logró vencer al Covid-19, y el 17 de junio, justo el Día del Padre fue dado de alta y volvió al lado de su familia.
Las secuelas
Pese a que ya ha pasado más de un mes que salió del Hospital, Mike aún tiene secuelas. Se fatiga rápido y tiene temor de no poder volver a hacer deporte.
“Yo nadaba dos kilómetros, desde los cinco años practico deporte. Y ahora no puedo caminar ni una cuadra sin fatigarme, espero que sea temporal”, dijo.
Además, debio sanar las llagas que llevaba en los pies. Elizabeth le ayudó y ahora ya puede caminar sin ninguna dificultad.
Discriminación
En medio de una situación complicada, Mike y Elizabeth debieron luchar contra la discriminación. Algunos familiares y vecinos fueron los protagonistas.
“Cuando estaba en cuarentena voluntaria, hubo una vez que saqué la basura a la puerta y una de mis vecinas estaba afuera con una de sus hijas. Estaban alejadas, pero ella le dijo: 'Alejate mija, que tienen esa cosa'. Me sentí muy mal y les respondí pesado, pero después recapacité y supe que era miedo”, narró Elízabeth.
Los mismo le pasó a Mike. Cuando regresó hubo personas que lo cuestionaban por estar vivo. “Vos ya me querés muerto, pues no, aquí estoy vivito”, le respondí a uno de ellos algo molesto.
A pesar de ello, ninguno de los dos los señala. “Es parte de la falta de información. Sabemos que hay miedo porque nadie sabe realmente qué es esto, por eso es necesario informar”, manifestaron.
"No es un juego"
Para el sobreviviente del Covid-19 es necesario que las personas entiendan que el virus no es un juego. “No pudieron soltarles la rienda un poco, porque se fueron a la playa”, criticó, mientras hacía un llamado al a población para evitar los contagios.
“Quisiera crear una campaña de concientización en donde les mostraría a las personas una foto mía con oxígeno y otra recuperado, para que vean que esta enfermedad es complicada y que pueden morir y dejar a su familia sola. Estar en el hospital no es fácil”, manifestó.
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