Llanto de niños, camas de concreto, enormes jaulas y hacinamiento viven a diario decenas de migrantes en el Centro de Detención de McAllen, Texas. Estas personas son capturadas por la Patrulla Fronteriza cuando tratan de ingresar de manera irregular a Estados Unidos.
No es común que las autoridades estadounidenses revelen la situación de los centros de detención, pero periodistas de varios medios fueron invitados para acudir a McAllen. Eso sí, se les prohibió el uso de dispositivos para grabar y tampoco podían entrevistar a los migrantes, según explicó el periodista David Begnaud, a través de su cuenta de Twitter, en la que publicó un corto video que les enviaron las autoridades del Gobierno estadounidense.
- TE PUEDE INTERESAR
La imágenes hablan por sí solas. El video dura tan solo 1:34, pero ahí se observa las condiciones en que viven los migrantes. Duermen en pequeñas colchonetas que son colocadas para separarlos de la plancha de concreto donde se ubica el centro.
Además, están ubicados en jaulas enormes sin paredes, por lo que todos y cada uno de sus movimientos son visibles para los guardias.
Para librarse del frío utilizan mantas térmicas desechables. Y para pasar el tiempo solo cuentan con bancas, donde son ubicados para tener un control.
El hacinamiento también es visible y el llanto de los niños refleja la situación que viven todos los que están allí recluidos.
Según Begnaud, las autoridades del centro solo les dieron 15 minutos para documentar lo que vieron. En el video se observa cómo algunos llevaban únicamente sus libretas para tomar apuntes.
De inmediato, los comentarios de los seguidores del periodista manifestaron su posición a favor y en contra de lo que observaron.
Antonio, un migrante que trató de llegar a Estados Unidos de manera irregular, comentó que fueron detenidos en el desierto, por lo que fue llevado al centro de McAllen, donde estuvo recluido por ocho meses. En su relato explicó que los alimentos son limitados y de mal gusto; en las áreas donde los ubican les prohíben hablar entre sí; y si ven que cuentan con abogados o apoyo de sus familiares, retrasan su deportación, como una especie de castigo.
El año pasado fueron deportados más de 60 mil guatemaltecos, la mayoría de México. Mientras que en enero se recibió el primer avión con retornados, en el cual venían 354 personas.
- NO DEJES DE LEER