El guatemalteco, Mariano Matías Mendoza, de 55 años, falleció por Covid-19 el pasado 30 de julio, en Estados Unidos.
Durante más de dos décadas, Mariano fue considerado un pilar en la comunidad de inmigrantes de Bremerton, Washington. Era alguien a quien la gente acudía y confiaba cuando necesitaba encontrar trabajo o recibir atención médica.
Su familia lo recuerda como un hermano y abuelo afectuoso, un líder carismático y enérgico que mantuvo un profundo amor por su comunidad. “Todos son como su familia”, dijo Prudencio Matías Mendoza, de 40 años, su hermano menor.
Mariano se involucró ayudando a migrantes y trabajadores a defender sus derechos. Creó un fondo para que las familias pudieran pagar los gastos del funeral y transportaran los cuerpos de regreso a Guatemala para ser enterrados.
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Incluso en su cama de hospital, Mariano permaneció concentrado en su comunidad, preocupado por la rápida propagación del coronavirus entre los guatemaltecos que viven en EE.UU., muchos de los cuales enfrentan barreras lingüísticas y culturales, además, de la crisis de salud pública.
Como el coronavirus ha tenido un aumento dramático en los últimos dos meses, el 30% de los casos del condado de Kitsap se encuentran entre residentes hispanos y latinos, a pesar de que representan solo el 8% de la población total de la localidad.
En una llamada telefónica a finales de julio con Martitha May, del Centro de Asistencia al Inmigrante de Kitsap (KIAC), Mariano le suplicó que hablara con las familias inmigrantes acerca de la amenaza de la pandemia. “Me dijo: 'Por favor, ayude a mi comunidad'”, recordó May.
Así, desde la muerte de Mariano, su impacto en Bremerton ha sido patente. Su familia ha recibido llamadas telefónicas constantes de personas que les expresan sus condolencia.
El hijo mayor de Mariano, Carlos Matías Mendoza, 32 años, espera que la gente se inspire en la vida de su padre y practiquen los valores por los que él vivió.
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