El "Puente de los Esclavos" sigue intacto, a pesar del paso del tiempo, incluso inspiró una tenebrosa leyenda.
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El Puente de Los Esclavos es visible desde la carretera de Santa Rosa, que corre a lo largo del Río Los Esclavos. Su construcción se inició en 1592, según se lee en las crónicas de Domingo Juarros. Él lo describe como el "más magnífico y bien construido que hay en todo el reino; tiene de largo 128 varas, 18 de ancho, con buen pasamanos". En métricas más conocidas, estos tamaños son equivalentes a 116 metros de largo y 16 metros de ancho.
Para construirlo, se obligó a los pobladores xincas de la región, quienes habían sido esclavizados por los colonizadores españoles. Entre otras tareas, también se les obligó a participar en la conquista de El Salvador.
Fuentes y Guzmán en su Recordación Florida explica que su construcción se propuso en 1579, a solicitud del procurador síndico Baltasar de Orena. Sin embargo, fue hasta 1591 que se iniciaron las obras cuando De Orena y Gregorio de Polanco eran alcaldes, tras autorización del presidente de la Audiencia, Pedro Mayén de Rueda. También se le pidió a los jefes de las ciudades salvadoreñas de San Miguel y La Villa de la Trinidad (Sonsonate), ya que consideraban que sus pobladores también se beneficiaban por la ruta que abría el puente.
El puente ha sido reparado varias veces. En 1681, según Fuentes y Guzmán, se empezó a cobrar cuatro reales por cada carga de añil que se transportaba al pasar por el río, y dos reales por cada botijuela de vino.
Cómo Llegar
El puente se ubica paralelo a la Carretera a El Salvador, en el kilómetro 66.5 de Cuilapa, Santa Rosa. Desde esta vía, se observa el puente. En los alrededores, hay algunos hoteles y restaurantes para quedarse y poder visitar el puente.
Se parte de la ciudad de Guatemala por la ruta de carretera a El Salvador, esta ruta se debe seguir recto y conlleva hasta el departamento de Santa Rosa.
La leyenda
El puente llama la atención, no solo por su antigüedad y su diseño colonial, sino por una famosa leyenda que involucra al Diablo, quien habría sido invocado para concluir la construcción, ya que el capataz de la obra se había quedado sin fondos. Para recibir la ayuda, ofreció su alma a cambio, pero cuando, al día siguiente, quiso cobrarse la deuda, el encargado se arrepintió. Satanás se enfureció tanto que le dio una patada a la estructura, la cual no ha podido ser reparada a lo largo del tiempo.
- Así lo aprecian los guatemaltecos:
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